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Cristian Rodriguez en la Milán-Torino / © Instagram
“Comienzo a notarme algo cansado, sobre todo, después de estas tres etapas que han sido muy duras. El domingo, con la llegada en alto en el Blockhaus, el martes con la crono que fue durísima sobre todo por el viento y hoy con una etapa en la que se ha salido a mil y que ha ido rapidísima desde el principio”. Es posible, claro está, que las piernas de Cristian Rodríguez (El Ejido, Almería, 3 de marzo de 1995), con solo 22 años en el carnet de identidad y con sólo una gran vuelta en el de ciclista –terminó el Giro de Italia del pasado año en su temporada de neoprofesional– comiencen a notar el paso de los días y de los kilómetros. No sólo es posible sino que es incluso normal. Pese a todo, en su conversación en exclusiva con Ciclo 21, el andaluz se muestra convenientemente equilibrado entre la ambición, la prudencia y, sobre todo, el deseo de hacer el mejor papel posible sin excederse en las expectativas.
Sin embargo, las circunstancias de carrera han colocado a este almeriense como el primer español de la general entrada ya la segunda semana y los tres primeros grandes asaltos –con permiso del Etna– de este Giro de Italia. Rodríguez, que viaja 26º a 20:27 del líder, Tom Dumoulin (Sunweb), no quiere darle más importancia a esa circunstancia. “No, al principio del Giro no esperaba ser el primer español a estas alturas de la carrera”, reconoce. “En realidad, no esperaba estar tan arriba. Sabía que llegaba bien porque me había preparado muy bien, pero no sabía cómo iban a responder las piernas al ritmo que se lleva en carrera”.
A sus 22 años sabe que todavía tiene mucho que aprender y todo por hacer en el ciclismo profesional, por lo que pese a su relativamente privilegiada situación en la general –al menos, desde la perspectiva española– sus metas están lejos de intentar mantenerse o mejorar en ese aspecto y reconoce que “no tengo un objetivo concreto, lo que tengo son ganas de meterme algún día de montaña en la pelea. ¿Luchar por una victoria de etapa? Bueno, espero poder seguir con ellos [con los favoritos, N.d.A.] en alguna de las etapas de montaña que tenemos por delante y, a partir de ahí, ya veremos hasta dónde puedo llegar”.
El objetivo, independientemente de que pueda olvidarse de mantenerse en la general y, por lo tanto, dedicar alguna jornada a recuperar sus fuerzas, no será sencillo. “La tercera semana es durísima. He estado mirando el libro de ruta y aunque ahora vienen dos etapas más tranquilas, en la última semana vienen cinco días muy duros. Como te digo, voy a centrarme en intentar poder hacerlo bien algún día”. Pese a todo, Rodríguez es prudente y añade que “mi objetivo principal es el de llegar a Milán”.
En su segundo año como profesional, Rodríguez ha tenido que buscarse el futuro fuera de España y lo ha hecho en las filas del Wilier-Triestina italiano, que ya le dio la oportunidad de debutar en una gran vuelta el pasado año y que ha vuelto a incluirle en la alineación del que, sin duda, es su gran escaparate. Por ello, el de El Ejido es un relativo desconocido para la afición española. “Si tuviese que destacar un terreno en el que pueda destacar diría que, sobre todo, es en la montaña lo que se me puede dar mejor”.
Pese a todos esos mensajes de tranquilidad y prudencia, Cristian Rodríguez no puede dejar escapar el deseo de, por qué no, dar la campanada y mantener el mismo nivel mostrado a día de hoy hasta Milán. “Si siguiese como hasta ahora, sería un gran Giro, para mí, no hay duda, pero si no es así… pues no pasa nada del otro mundo y es que soy consciente de que la tercera semana, con lo dura que se presenta, va a ser complicada para un corredor de mi edad y los pocos kilómetros que tengo en las piernas en comparación con la gente mucho más experimentada”.
El almeriense destaca también que “mi director me está cuidando” y junto a él ha decidido que “guardaré fuerzas para intentar, como te decía, poder meterme en la pelea y tener un buen resultado en la última semana”.
