Giro 2018: Repaso a los favoritos

Dumoulin y Froome, los dos grandes favoritos / © ASO

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Será complicadísimo, imposible, disociar este Giro de Italia de la polémica que envuelve a uno de sus principales aspirantes, Chris Froome (Sky) tras su análisis adverso por salbutamol en la pasada Vuelta a España y que conocimos unos meses más tarde. Será absurdo, si el británico se sale con la suya y se lleva el Rosa en Roma, obviar que el resultado será puesto en barbecho hasta que el Tribunal Antidopaje de la UCI emita su resolución definitiva –y, aún con todo, quedará camino legal por recorrer con los posibles recursos al TAS o la justicia ordinaria–. Serán, en definitiva, 21 días en los que la presencia del espigado cuádruple ganador del Tour de Francia volverá a avivar el fuego de un debate que, por desgracia –sobre todo si se le da bien la cosa–, eclipsará los esfuerzos deportivos que, sobre la carretera, hagan unos y otros.



Así pues, a falta de sólo unas horas para que desde Israel arranque la 101ª edición del Giro de Italia, convendremos todos, el arriba firmante y los lectores, que todos sabemos ya todo lo que hay que saber sobre el affaire Froome y que, como todos sus resultados desde aquella tarde en Santo Toribio de Liébana, dejaremos en barbecho valoraciones que vayan más allá de los meramente deportivo que le veamos hacer en carreteras israelíes e italianas.

El Giro, tras la resaca de su edición del centenario, ha elegido Israel como punto de partida. Una decisión histórica en tanto y cuanto convierte a la Corsa Rosa en la primera gran prueba por etapas en poner un pie –o una rueda– fuera de territorio europeo. La visita, más allá de vestir al primer líder de la prueba tras la contrarreloj inicial de 10 kilómetros en Jerusalén, servirá –como en el ya mencionado caso de Froome– para desviar la conversación de la mera cuestión deportiva al ya largo debate sobre la idoneidad de exponer un evento de este calibre al siempre tenso clima político de la zona.

El recorrido, ya explicado y analizado al detalle, es, en líneas generales, muy continuista con aquello a lo que nos tiene acostumbrados el Giro y, por lo tanto, los 44,5 kilómetros de contrarreloj, todos ellos individuales, no parecen suficientes para compensar la teórica ventaja con la que contarán los escaladores gracias a la presencia de colosos como el Etna, Gran Sasso d’Italia, Zoncolan, Prato Nevoso, Colle delle Finestre o Cervinia, por nombrar sólo los más populares. Todo ello, claro está, jalonado con algunas etapas –las tradiciones están para cumplirlas– aptas para los sprinters.

Con estos mimbres, el Giro ha confeccionado un trazado en el que, si bien la tercera semana será la que termine de decidir el nombre del ganador, no habrá ni un solo momento de relax para los favoritos al triunfo. La distancia de 10 kilómetros de la crono inicial y la presencia en la primera semana de carrera del Etna y el Gran Sasso procuran que nadie tenga la tentación de llegar algo corto de forma para ir afilando sus piernas pensando en esa semana final.

La más liviana, como de costumbre en el Giro, será la segunda semana, pero desde RCS han colocado ahí la temidísima trampa del Zoncolan, señalada por muchos como uno de los puntos clave de esta edición de la Corsa Rosa. Todo ello, antes de una tercera –cosas de las necesidades logísticas nacidas del viaje a Israel– jornada de descanso tras la que se encadenarán la crono larga y el tríptico de montaña final de Prato Nevoso, Jafferau (con su Finestre y su Sestrière como sparrings) y Cervinia antes del paseo protocolario y triunfal por, en esta ocasión, las calles de la Città Eterna de Roma.

Froome ante los medios © RCS

Froome, a por la Triple Corona

No han sido los últimos, y así lo ha reconocido él mismo pocos días antes de poner rumbo a Israel, los meses más fáciles en la vida de Chris Froome. El británico, que inicialmente no quiso poner en jaque un quinto Tour por acudir al Giro de Italia, confió en su equipo de preparadores y, con una semana más entre la Corsa Rosa y la Grande Boucle merced al Mundial de Rusia, decidió asaltar el podio de una carrera en la que no se le ha visto desde hace ocho años, en la que sólo has estado dos veces, que no le ofrece un trazado tan à la Froome como los últimos Tours y Vueltas… pero que podría catapultarle al selecto grupo de ganadores de las tres grandes vueltas, y en el tercer corredor de la historia, tras Eddy Merckx y Bernard Hinault, que las encadena de manera consecutiva.

Froome no podrá apoyarse tanto en sus dotes de contrarrelojista para tratar de asegurarse la maglia rosa en Roma. Y no lo podrá hacer por dos motivos de enorme peso: la escasa cantidad de kilómetros cronometrados y, sobre todo, la presencia de un rival tan formidable en la especialidad como es Tom Dumoulin (Sunweb). Así pues, echando un vistazo al recorrido y la nómina de participantes, es de esperar que veamos al Chris Froome más agresivo de los últimos tiempos en la montaña. Un Froome más parecido al de la Vuelta a España que al del Tour de Francia. Un Froome consciente de que le van a atacar desde todos los flancos y que, por lo tanto, necesitará más que nunca la cuadratura perfecta del círculo táctico para defenderse usando a su potente Sky y atacar en el momento justo para evitar la respuesta de sus rivales.

Sus impresiones previas: “Participar en el Giro d’Italia fue una decisión tomada con el equipo durante el invierno. Han pasado casi diez años desde mi debut en la carrera del país que me dió la bienvenida como nuevo profesional con el conjunto Barloworld y, por primera vez, vuelvo para ganar este evento. Es una gran motivación intentar ganar tres vueltas grandes seguidas. Por la forma que tuve en el Tour of the Alps, estoy listo para ganar, pero no puedo predecir el resultado que estará allí en tres semanas. Tengo un equipo extremadamente completo para todos los momentos de carrera. No confiaré solo en la contrarreloj para ganar el Giro. Es una carrera que incluye todo tipo de terreno. Estoy feliz de haber ido a ver ciertas etapas como el Zoncolan y la contrarreloj (en Trentino). Ya conocía a Colle delle Finestre. Habrá una carrera difícil. Estábamos preocupados por la seguridad antes de venir a Israel, pero aquí está todo genial. Esta mañana fuimos en bicicleta con los chicos del equipo junior de Israel. Espero que el inicio del Giro sea una inspiración para los jóvenes ciclistas locales y que algunos de ellos se conviertan en campeones del futuro“.

Dumoulin, el defensor ausente

Dumoulin_Quintana_Giro Italia_2017_18

Derrotado Quintana en 2017, Dumoulin se fija ahora en Froome / © RCS

La evolución, en cualquier ser vivo que ha habitado este planeta, ha dotado a algunas especies de velocidad y fuerza para matar, mientras que a otras les ha otorgado las mejores armas defensivas a modo de camuflaje o veneno. Algunas criaturas, sin embargo, han sabido esconder, detrás de una apariencia inofensiva y pacífica, a los mayores asesinos de la naturaleza. En el pelotón, Tom Dumoulin, último ganador del Giro de Italia y portador del dorsal número 1 a partir del viernes, podría ser una de esas criaturas casi perfectas. La Mariposa de Maastricht no tiene en sus gestos o en su discurso la altanería, la agresividad o la determinación de otros grandes campeones. Tampoco es su forma de correr un festival sangriento de ataques a la yugular de los demás. Su estilo es otro. Casi se podría decir que le gusta pasar desapercibido para, desde un anonimato que ya nunca más será como el que volvió a conseguir tras la derrota de la Morcuera, acabar ganando un Giro en el que será recordado por aquel apretón que tanta guasa llevó más tarde a las cunetas.

Muy poco rodado en competición este año, el neerlandés no tiene dudas de que llega en un buen momento de forma a la carrera que ha convertido en su principal objetivo del año. En un Giro con casi 25 kilómetros menos de contrarreloj que el del año pasado, Dumoulin deberá confirmar esa notable mejoría en las alturas que ya demostró el año pasado. Quizás, su punto más débil sea, como siempre, su equipo. Sunweb no está, ni mucho menos, a la altura de lo que requiere una escuadra de primer nivel en una gran vuelta y eso, sobre todo ante la enorme potencia de Sky, puede ser un muro insalvable para el de Maastricht.

Sus impresiones previas: “No sería el fin del mundo si las cosas se pusieran muy complicadas en la contrarreloj de apertura, pero sería bueno alcanzar un buen resultado y quizás ganarlo. Todavía no he visto el recorrido, en el mapa parece un camino valonado y apto para mí. Mi primera impresión de Israel fue buena. Llegué anoche y no pude resistirme a visitar Jerusalén, cojí una bicicleta y salí a caminar por la ciudad vieja. La gente me miraba de una manera extraña porque tenía ropa normal y una bicicleta de carreras … Un año después de mi victoria en el Giro, la diferencia es la forma en que la gente me mira pero no he cambiado. Tal vez al comienzo de la temporada quise exponerme demasiado al mundo, realmente quería ganar y las cosas no fueron bien. Reflexioné sobre mi situación y ahora tengo mucha más confianza en mí mismo que hace unos meses. También aprendí de la experiencia del año pasado cómo superar las dificultades. No he probado las etapas de montaña de este Giro“.

Aru

Aru, el ídolo local

Fabio Aru (UAE-Emirates) es la gran esperanza italiana para recuperar el lugar más alto del podio que, después de que Contador acabara en 2008 con una racha de once triunfos consecutivos, sólo han hollado Ivan Basso (2010), Michele Scarponi (2011) y Vincenzo Nibali (2013 y 2016). Será, además, la vuelta del hijo pródigo a la carrera tras dos años de ausencia después de encadenar dos ediciones consecutivas en el podio (3º en 2014 y 2º en 2015).

El transalpino llega ahora como jefe de filas del UAE-Emirates tras abandonar este invierno la disciplina del Astana, equipo que tras su triunfo en la Vuelta a España de 2015 le fijó el Tour como meta y para el que consiguió el quinto puesto en 2017. Sin embargo, ante una edición tan montañosa y tan escasa de kilómetros cronometrados como la de este año, el joven exaprendiz de Nibali (hace ya tiempo que se emancipó del profesor) podría estar ante una oportunidad de oro para sumar la segunda grande a su palmarés.

Quizás sea, de los tres grandes aspirantes rosa en Roma, el que más dudas despierta. Al menos, el que un rendimiento más irregular ha presentado a lo largo de las últimas campañas. Al sardo le falta dar el último [gran] paso que le sitúe al mismo nivel que esos otros grandes aspirantes a todo y confirmar, a la vez, que su gran papel en la Vuelta a España de 2015 no fue fruto de tres semanas de inspiración casi divina.

Sus impresiones previas: “Llegué a Israel ayer, pudimos ver que la temperatura es bastante alta. Debemos prestar atención a la hidratación. En las carreteras de la segunda y tercera etapa, el viento será un elemento que no debe subestimarse. La prueba contrarreloj de apertura tiene algunos altibajos: no será fácil. Tenía un gran deseo de volver al Giro. Es un punto crucial en mi carrera. Es el momento adecuado para ganar el Giro. Nunca me sentí joven como ciclista porque casi desde el comienzo de mi carrera, en 2014, corrí con mucha responsabilidad sobre los hombros, a pesar de que lo hice sin estrés. En mi equipo siento armonía y serenidad para hacerlo bien. Hay más o menos quince corredores rivales para la general. Además de los varios Pinot, Pozzovivo y López, que estaban en gran forma en el Tour of the Alpes con Froome en una condición similar a la mía, Chaves, Yates, Bennett y Woods se encuentran entre los escaladores a los que hay que estar atentos. No creo que el Zoncolan o el Jafferau decidan la carrera, serán todas las 21 etapas“.

‘Superlópez’ © BettiniPhoto

Superman López, salto al vacío

El póker de aspirantes lo completa el colombiano Miguel Ángel Superman López, precisamente el hombre que se ha quedado al frente de Astana tras la marcha de Nibali y Aru en 2016 y 2017, respectivamente. Para el de Boyacá este Giro será una especie de salto al vacío sin red ya que, tras dos apariciones en grandes vueltas saldadas con un abandono y un octavo puesto en la Vuelta a España (2016 y 2017) se enfrenta, a los 24 años recién cumplidos, al mayor reto de su carrera deportiva hasta el momento. Ya explicaba a principios de esta misma campaña Luis León Sánchez, uno de sus principales escuderos en la Corsa Rosa, que el boyacense había sorprendido a propios y extraños en la pasada Vuelta a España por su capacidad y, sobre todo, por su madurez.

Ahora le toca a él dar ese siguiente paso y demostrar lo que ya dejó patente en la ronda española (que el equipo puede confiar en él) y, sobre todo, que su relativa inexperiencia no es un problema para ser el claro referente de una de las mayores estructuras del ciclismo mundial en el futuro a corto y medio plazo.

Es el único de los cuatro grandes favoritos que no ha ganado todavía una gran vuelta por etapas y, si comparamos la edad a la que los que serán sus principales enemigos consiguieron romper esa barrera (Aru, 25; Dumoulin, 26 y Froome, 28), el colombiano debería merecer todavía cierto beneficio de duda si las cosas no salen del todo redondas. A favor de Superman está la fenomenal temporada que ha completado hasta el momento su Astana. Con 44 podios en lo que llevamos de temporada, es el segundo equipo con más puestos de honor tras Quick Step Floors (48) y, con 14 triunfos, el cuarto más laureado tras Quick Step Floors (27), Movistar (16) y Sky (16). Unos números de ensueño si tenemos en cuenta la teórica pérdida de potencial que se le presuponía al comienzo de la temporada.

Ahora, claro está, falta por ver si esa liberación grupal vivida ante la ausencia de Nibali y Aru y que se ha traducido en mayor libertad (y triunfos) de la clase media del equipo puede revertirse para plegarse a las necesidades del líder.

Sus impresiones previas: «Me siento bien, todo va según lo planeado. Después del Tour de los Alpes, permanecí en Italia y fui a Sestriere junto con Andrey Zeits y Jan Hirt. Hicimos un reconocimiento de una de las etapas de la última semana, entrenamos con calma y nos recuperamos bien. Creo que este corto período de entrenamiento me ayudó a acercarme al inicio del Giro en una buena forma. Será mi primera participación y estoy feliz de tener la oportunidad de estar en esta famosa carrera. Llego a ella en una buena forma, sin estrés y nervios. Creo que estoy listo. Por supuesto, quiero lograr el mejor resultado, pero ahora mismo no quiero pensar en el futuro. Día tras día viviré esta carrera, lucharé, daré el 100%, y en la final veremos qué podemos lograr. Tenemos un equipo muy fuerte. En el Tour de los Alpes demostramos que estamos bien preparados para el Giro. Estuvo casi todo el equipo que vino aquí a Israel, y obtuvimos buenos resultados».

Pinot, vencedor en Alpes © Groupama-FDJ

Pinot, el enigma

Un escalón por debajo del colombiano en el ránking de favoritismos encontramos a Thibaut Pinot. Tercero en el Tour de Francia de 2014, el enésimo mirlo blanco del ciclismo galo sucumbió a la presión o a lo que sea que afecta tanto a todos los franceses que brillan en la Grande Boucle y su rendimiento nunca volvió a ser el de aquel mes de julio.

El año pasado , tras completar sólo una de las tres carreras de tres semanas tras el podio de París (abandono en la Vuelta’14, 16º en el Tour’15 y abandono en el Tour’16), Pinot cambió sus prioridades y decidió olvidarse de un Tour en el que la hinchada local ha encontrado a Romain Bardet a un nuevo –y más solvente– héroe y se fijó el Giro como objetivo. Una jugada que le salió perfecta volviendo a encontrar las sensaciones que parecían perdidas. Ahora, un año después (y un abandono en el Tour más tarde) vuelve a la Corsa Rosa en busca de mejorar ese cuarto puesto de 2017 y, por consiguiente, un nuevo podio que pueda relanzar su carrera sólo unos meses antes de que expire su actual contrato con Groupama-FDJ y llegue el momento de, con 28 años (los cumplirá el 29 de mayo), negociar el que para muchos deportistas es el gran contrato de sus carreras deportivas.

Su camino hasta el Giro ha sido, como es tendencia hoy en día, de mucho entrenamiento y no demasiada competición, pero el francés ha demostrado que ha hecho los deberes a la perfección y se llevó el Tour de los Alpes, su última piedra de toque antes de una ronda a la que llega lleno de moral tras acabar las otras dos carreras que ha disputado este año en el top 10 (5º en el Haut Var y 10º en la Volta a Catalunya).

Sus impresiones previas: “Esta es mi primera visita a Israel y estoy gratamente sorprendido de lo preciosa que es. Hace calor y esto es ideal para mis características. En cualquier caso, el calor sería un problema en las montañas, no durante las primeras tres etapas. El año pasado llegué a 1’20” detrás de Tom Dumoulin: no era una gran distancia que había acumulado en contrarreloj y debido a una leve enfermedad la segunda semana. Este año espero no perder tiempo y poder aspirar al podio. Estoy feliz por haber ganado el Tour of the Alpes superando a Froome, López y otros, pero la forma de cada corredor puede cambiar mucho en los quince días que preceden a una gran vuelta. No me dejaré gasear por este resultado, aunque ahora quizás mis rivales me tomarán más en serio. Lo importante para mí es estar en buena forma para atacar en las montañas”.

Chaves_Herlad Sun Tour_2018

Esteban Chaves fue el mejor en la prueba australiana / © Mitchelton Scott

Chaves-Yates, la dupla de Mitchelton-Scott

El caso de Esteban Chaves puede ser muy similar al de Pinot. Deslumbró en 2016, año en el que acabó segundo en el Giro (cuando claudicó a favor de Nibali a dos días del final) y tercero en la Vuelta a España, pero desde entonces su rendimiento ha dado un bajón tan inesperado como espectacular. Cierto es que su liderato llegó con aquella famosa caída de Steven Kruijswijk que, sumada a algunos batacazos posteriores, le valieron el sobrenombre de Crashbike, pero no es menos cierto que aquella campaña de 2016 puso al de Bogotá en el disparadero con triunfos tan importantes como Il Lombardía, una etapa en el Giro o el Giro dell’Emilia que parecían confirmar la progresión del corredor que se destapó, al igual que Dumoulin, en la Vuelta a España de 2015.

Sin embargo, 2017 fue un año para olvidar. Aunque al subir el telón nunca perdió la sonrisa, el carácter de Chaves entre bambalinas se agrió y llegó a final de temporada con muchas dudas producto de una lógica crisis existencial (a nivel deportivo) que debe ser capaz de revertir en un 2018 en el que, tras su triunfo en el Herald Sun Tour, está mostrando más sombras que luces.

Una vez más, Mitchelton-Scott jugará al despiste ya que la responsabilidad de sus liderato estará repartido, al menos de inicio, por el ya mencionado Chaves y Simon Yates. Con números mucho más contundentes que los de su compañero, el británico llega al Giro tras haber ganado etapas en la París-Niza (2º en la general final) y la Volta a Catalunya (4º en la general final). Yates es uno de esos hombres que consiguen pasar siempre muy inadvertidos y han hecho de ello una virtud. Mientras que es Chaves el que, por la mezcla de distintos factores, acapara la mayor parte de la atención mediática –y la presión–, él puede disfrutar de la tranquilidad de ser el teórico tapado y, si tiene fuerzas y capacidad, dejar que sea la carretera la que vaya descubriendo el engaño.

Pozzovivo, el soldado ascendido a capitán

Con Nibali pensando de nuevo en el Tour –o, más bien, en el Mundial–, Bahrain-Merida le otorgará el mando en plaza a Domenico Pozzovivo. Con 35 años, el corredor de Policoro representa la veteranía contra la juventud –con permiso de Froome– y, sobre todo, se encuentra ante la última gran oportunidad de su ya dilatada carrera. Su rendimiento hasta la fecha permite que no se le pueda descartar y, aunque no ha levantado los brazos en lo que va de 2018 (no lo hace desde la sexta etapa del Tour de Suiza de 2017), su segunda plaza en la general del Tour de los Alpes es clara muestra de que llega a Israel con los deberes bien hechos.

Pozzovivo es el claro ejemplo del hombre que no pudo dar el salto definitivo en una progresión que parecía llamarle a hacer grandes cosas en las pruebas de tres semanas. Fue en 2012 cuando el Giro le sirvió como escaparate y, tras un triunfo de etapa y la octava plaza en la general (era su sexta participación) le sirvieron para firmar como jefe de filas del Ag2r-La Mondiale. Allí encadenó buenas temporadas, pero sin llegar nunca a explotar a la altura de las expectativas generadas tras aquella buena ronda transalpina y el quinto puesto en el Giro de 2014 fue su mejor resultado en lo que a una general se refiere.

Ahora, tras abandonar la disciplina del conjunto francés, ha recalado en el Bahrain-Merida donde, una vez más, volverá a tener una oportunidad de demostrar que su tiempo no ha pasado todavía. Incluirle entre los grandes favoritos sería, quizás, ser demasiado optimista o naif, pero con su calidad, su experiencia y, sobre todo, el estado de forma mostrado en las últimas semanas, Pozzovivo merece algo más que ser considerado un mero outsider.

Y luego tendremos a la revelación de la carrera. El ya tradicional corredor que, sin estar en ninguna de las listas que a pocas horas de que se ponga en marcha en Israel la carrera publicamos los periodistas ávidos de llenar líneas de texto, se colará entre los puestos nobles de la general cuando lleguemos a Roma. Su nombre, claro, podría estar entre la nómina de outsiders en la que aparecen los Nicolas Roche, Louis Meintjes, Ben O’Connor, Rohan Dennis, Tim Wellens (recién renovado) o Richard Carapaz, pero también podría tratarse de un hombre inédito hasta la fecha en esto del protagonismo en las grandes pruebas por etapas que haga en este Giro su gran puesta de largo. Son todo incógnitas, dudas y preguntas que tendrán su respuesta final el próximo día 27 de mayor en Roma.

Recorrido y dorsales

Libro de ruta

Los 12 españoles del Giro

Gandores y podios en las tres grandes vueltas

Los líderes de las 3 grandes vueltas

Ganadores de etapa en las tres grandes vueltas

Hemeroteca Giro de Italia 2018

LOS ÚLTIMOS PODIOS

Año

Primero

Segundo

Tercero

2017

Tom Dumoulin (Hol)

Nairo Quintana (Col)

Vincenzo Nibali (Ita)

2016

Vincenzo Nibali (Ita)

Esteban Chaves (Col)

Alejandro Valverde

2015

Alberto Contador

Fabio Aru (Ita)

Mikel Landa

2014

Nairo Quintana (Col)

Rigoberto Urán (Col)

Fabio Aru (Ita)

2013

Vincenzo Nibali (Ita)

Rigoberto Urán (Col)

Cadel Evans (Aus)

2012

Ryder Hesjedal (Can)

Joaquim Rodríguez

Thomas De Gendt (Bél)

2011

Michele Scarponi (Ita)

Vincenzo Nibali (Ita)

John Gadret (Fra)

2010

Ivan Basso (Ita)

David Arroyo

Vincenzo Nibali (Ita)

2009

Denis Menchov (Rus)

Carlos Sastre

Ivan Basso (Ita)

2008

Alberto Contador

Riccardo Ricco (Ita)

Marzio Bruseghin (Ita)

 

LOS MEJORES DE LA CARRERA

Corredor

Primeros

Segundos

Terceros

Fausto Coppi (Ita)

5

2

0

Alfredo Binda (Ita)

5

1

0

Eddy Merckx (Bél)

5

0

0

Gino Bartali (Ita)

3

4

0

Felice Gimondi (Ita)

3

2

4

 

 

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