Sureda: «El ERTE es la mejor solución en este momento»

Sureda, con el maillot de puntos de la Vuelta a Taiwán © Max Chiang/FSA

Pablo Zaballa / Ciclo 21

Jaume Sureda Morey (25 de julio de 1996 – Son Servera, Baleares) es uno de los jóvenes valores del sprint en el ciclismo español y una apuesta de futuro del Burgos BH en una temporada marcada por la pandemia del coronavirus. El parón llegó en un buen momento de forma para el mallorquín, que en su segunda campaña como profesional había firmado un podio y varios top 10 en solo dos semanas de competición. Un saldo que le permitió liderar dos veces el TOP Ciclo 21 sub-26 donde ahora es tercero tras Iván García Cortina y José Manuel Díaz Gallego.

Confinado en su domicilio de Palma, se ejercita cada día sobre el rodillo, como el resto de sus colegas: “Es bastante más aburrido que salir a la carretera, pero es la única manera que tenemos para entrenar. Algunos días hago sesión doble, pero no las mismas horas que en la carretera, sino con más series y fuerza”, detalla Jaume, que ante la falta de un calendario no tiene objetivos definidos: “No entreno una barbaridad y me lo tomo como otra pretemporada”, aclara.

No sabe Jaume –ni nadie todavía– cuando se retomará la competición, pero en el horizonte de su equipo estaba pendiente la invitación para la Vuelta a España, si es que finalmente se disputa: “El equipo ha luchado mucho para estar en la salida desde que está en la categoría Profesional Continental (actualmente bajo la nomenclatura ProTeam) y este año la idea era la misma, pero no depende de nosotros y toca esperar”.

El rompecabezas de las invitaciones

El dilema para el Burgos BH está en el cupo de invitaciones, que pasó de cuatro en las últimas temporadas a dos en 2020 por el ascenso del Cofidis al World Tour y el derecho adquirido por el Total Direct Energie como el mejor ProConti en 2019. Las dos plazas restantes se las jugarían, en un principio, el conjunto burgalés, Caja Rural-Seguros RGA y Euskaltel-Euskadi: “Es un marrón para el organizador porque creo que le gustaría tener a los tres equipos españoles en la salida”, opina.

Algunos equipos y ciclistas –es el caso de Mathieu van der Poel– han pedido a los organizadores y la UCI, el aumento de los equipos invitados en las grandes vueltas, una opción que el mallorquín no ve con malos ojos: “Habría que hacer un esfuerzo y modificar la normativa para que haya más equipos en las carreras más importantes. Sería muy bueno para los patrocinadores y el ciclismo en general”.

El mallorquín, en la Challenge © Álvaro García/Burgos BH

Si la Vuelta sigue adelante y si el Burgos BH está en la salida, ¿estaría Jaume Sureda en el ocho elegido por su equipo?: “No habíamos hablado nada todavía porque no es una carrera fija en el calendario, y menos ahora, pero yo trabajo siempre para crecer y estar en las mejores carreras. Y si el equipo cree que yo estoy preparado para ir a la Vuelta, pues adelante. Tengo ganas, pero no es mi objetivo”.

 ¿Y cuáles son las carreras predilectas del balear? “La que más me gustaba y apetecía era la Challenge de Mallorca porque hay pocas carreras en mi tierra, tanto a nivel profesional como amateur y hacía muchos años que no corría en casa. Me gustó mucho y fue especial sentir el apoyo de mi familia y mis amigos en las cunetas como nunca lo había sentido”, desvela.

Después de Mallorca, el velocista del Burgos participó en la Volta a la Comunitat Valenciana, que cerró con un séptimo puesto en la última etapa ante los Dylan Groenewegen, Fabio Jakobsen o Alexander Kristoff, entre otros: “El que más me sorprendió fue Groenewegen. Solo verlo ya impone físicamente”.

La experiencia en el Extremo Oriente

La siguiente parada de Sureda fue la Clásica de Almería, en la que abandonó, antes de cerrar la temporada en la Vuelta a Taiwán cuando la crisis del coronavirus ya pasaba de China a Europa: “Íbamos un poco preocupados porque todo empezó en China y no sabíamos cómo estaba allí el tema, pero en el equipo hablaron con el consulado y la situación en Taiwán estaba bastante controlada”.

“Nos tomaban la temperatura al entrar en un autobús o en el comedor del hotel, por ejemplo, y todos los trabajadores llevaban mascarillas… Me llamó la atención porque la gente seguía haciendo su vida normal, pero con las medidas normales de seguridad”, narra el mallorquín.

Sureda, en acción durante la Vuelta a Taiwán © Max Chiang/FSA

En lo meramente deportivo, completó una carrera de notable. Terminó las cinco etapas entre los diez mejores, su mejor resultado fue un podio (3º) y acabó quinto en la general: “Fue una vuelta de todos los días al sprint, menos en uno que se rompió un poco más. Estaba bien de forma y pude lograr buenos resultados”, recuerda.

¿Siente un sprinter esa necesidad de ganar? “Cada vez que salgo a una carrera pienso y trabajo para ganar, pero en el ciclismo solo gana uno, es muy difícil y, si no se puede conseguir, intento buscar el mejor puesto posible”, reconoce Jaume, que no se mete presión: “No es presión, ni responsabilidad; todavía estoy en mi segundo año como profesional, creo que he dado un paso adelante y llegarán los resultados”.

De una exitosa etapa como amateur en el Seguros Bilbao y en el filial del Caja Rural, el paso al Burgos y al profesionalismo es un salto muy grande: “Es muy difícil destacar, tengo que trabajar y cuidarme mucho más y hacerlo todo bien para estar en forma y llegar a competir con los mejores”, asume Sureda, que señala la diferencia en los sprints: “No tienen nada que ver, aquí suben hasta los líderes para la general… Al principio me daba un poco de miedo, pero ya me he acostumbrado”.

El ERTE, final de contrato y el maestro Madrazo

El parón de las competiciones ha obligado al Burgos a plantear un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE): “Incluye a todos los empleados del equipo, tanto a los ciclistas como a la gente del staffEs la mejor solución en este momento, pero todavía estamos a la espera de que nos comuniquen si lo han aceptado”, indica el mallorquín en una temporada atípica y en la que finaliza contrato: “Todavía estamos en abril y no hemos hablado nada, pero estoy tranquilo porque había empezado bien el año”.

En un equipo con hasta seis ciclistas de 23 años o menos y varios veteranos, el velocista se encuentra a gusto: “Hay muy bien ambiente y siempre estamos de broma. Hay gente más joven y otra más veterana, pero todos tenemos algo que aportar”, arguye Sureda, que señala a Ángel Madrazo como un ejemplo.

“Es un referente para todos, lleva muchos años a un muy buen nivel y aprendemos mucho de él, tanto en el ciclismo como en la vida. Está casi siempre de cachondeo, nos hace reír mucho y es un ciclista que ya no tiene nada que demostrar”, le define.

Foto de familia del Burgos BH 2020 © Photo Gomez Sport

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