Kelly Catlin: Vínculo entre conmoción cerebral y suicidio

Con su segundo bronce, en el Mundial de 2018 © USA Cycling

TrackPiste / Ciclo 21

En enero de 2019, sufrió una caída cuando entrenaba en las montañas costeras de San Francisco. No se dio cuenta en el momento, pero su casco tenía abolladuras en la parte delantera y trasera. Apenas dos meses más tarde, el 7 de marzo, era encontrada muerta en su apartamento de Stanford. Estamos hablando de una triple campeona del mundo y subcampeona olímpica de persecución por equipos, y dos veces bronce en la individual en los Mundiales, y con un brillante rendimiento académico, se había suicidado, con apenas 23 años.

BBC World Service nos trae un interesante reportaje sobre los dos últimos meses de vida de Kelly Catlin, y de la búsqueda por parte de su familia de la relación entre ese accidente sufrido y su fallecimiento, algo que no parece ser algo excepcional.

Catlin no lo sabía, pero el día de su caída había sufrido una conmoción cerebral. Y ello se tradujo en una serie de síntomas que no parecían tener mucha explicación. Por un lado, dolores de cabeza, hipersensibilidad a la luz y a los sonidos fuertes; por otro, cambios en su estado de ánimo, ansiedad y depresión. Un comportamiento extraño para una persona especialmente talentosa en todo lo que afrontaba -estaba estudiando un posgrado en Matemáticas Computacionales en la Universidad de Stanford y era una consumada violinista- donde siempre buscaba la excelencia, lo cual posiblemente le generó una tensión adicional que agravó los síntomas.

Pronto se dieron cuenta de que algo iba mal, pero no se podía determinar el qué. Y a finales de enero intentó suicidarse por primera vez, pero no lo logró. Su familia se puso en guardia, pero no pudo evitar que Catlin se quitara la vida a principios de marzo.

En el reportaje de la BBC, Mark Catlin cree que su hija aún estaría viva si sus síntomas hubieran sido reconocidos como evidencia del síndrome posconmoción cerebral (PCS), algo bastante habitual en numerosos accidentes deportivos, y que hubiera exigido un descanso completo de varias semanas, después de lo cual, en muchos casos, los síntomas del PCS se alivian y los pacientes se recuperan. Pero al querer seguir combinando ciclismo y estudios, Catlin agravó su estado.

Festejando la plata olímpica © USA Cycling

En este sentido, hacen mención a una publicación en el blog de la corredora, en febrero de 2019 -es decir, semanas antes de su muerte- en donde escribía: «Como atletas, todos estamos programados socialmente para ser estoicos con nuestro dolor, para llevar nuestras cargas y no quejarnos, incluso cuando tal estoicismo llega al punto de la estupidez y esas cargas comienzan a dañarnos. Estos son hábitos difíciles de romper”.

Mark Catlin identificó cuatro factores que posiblemente llevara a este desenlace: personalidad, estrés, sobreentrenamiento y conmoción cerebral. “Kelly era una persona tan compleja y muy reservada, una que guardaba muchos sentimientos en su interior y una apariencia de ‘soy una mujer de hierro’. Ella no revelaría su situación emocional o psíquica, probablemente a nadie. Siguió esforzándose cuando no debería haberlo hecho. Todo tuvo un efecto acumulativo en ella, una mujer muy fuerte derribada por esa combinación.

La lesión cerebral sigue siendo poco conocida en el mundo del deporte, y solo en los últimos años ha comenzado a tomar conciencia de la enfermedad degenerativa encefalopatía traumática crónica (CTE) y sus vínculos con repetidos golpes en la cabeza o con conmociones cerebrales.  En este sentido, la PCS se experimenta en las semanas o meses inmediatos después de una conmoción cerebral.

En el reportaje, se menciona a la organización benéfica británica Headway, que ha investigado bastante en estos temas, y resumen sus actuaciones en «si tiene alguna duda, no lo haga», cuando la realidad del ciclismo suele estar muy lejos de ese mensaje: el ciclista quiere volver rápidamente a la bicicleta tras un accidente para no perder el contacto.  Desde la muerte de Catlin, USA Cycling ha lanzado un programa de bienestar y «múltiples iniciativas estratégicas destinadas a cambiar la narrativa en torno a la salud mental». También la UCI introdujo recientemente medidas para proteger a los corredores después de accidentes, de forma que se puedan reconocer los signos de una conmoción cerebral, registrar cada incidente de manera centralizada y seguir un límite de tiempo establecido para la recuperación y el regreso a las competiciones.

Después de su muerte, sus padres donaron su cerebro al Banco de Cerebros de la Fundación Legado de Conmoción Cerebral de la Universidad de Boston para ayudar a realizar más investigaciones sobre los efectos de la conmoción cerebral, y con el deseo de que casos como el de su hija no se vuelvan a repetir. En todo caso, desde TrackPiste también queremos llamar la atención de padres y entrenadores ante posibles casos similares.

Reportaje íntegro en este enlace

Posando delante de un cartel para una sesión publicitaria © USA Cycling

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