Kwiatkowski: “Quiero ser competitivo en las grandes vueltas”

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Kwiatkowski estrenará los colores del Sky en Mallorca

Nicolás Van Looy / Enviado especial Calpe – Ciclo21

El ventanal es enorme y la vista espectacular. Frente a él, unos 20 metros por encima de la orilla del mar Mediterráneo y sin prestar ninguna atención al espectáculo que cada tarde ofrece la puesta del sol reflejada en el Peñón d’Ifach, su vista apenas se despega de la pequeña pantalla del teléfono móvil. Está solo y ensimismado. Apenas hace caso a nadie. De vez en cuando algún turista belga septuagenario (o quizás octogenario) le reconoce y se le acerca. Él levanta la vista y le sonríe en una mueca mil veces ensayada que no transmite nada. Asiente automáticamente con la cabeza mientras da las gracias por los ánimos y los deseos de suerte. A su alrededor, otras grandes figuras del pelotón internacional vienen y van con sus bicicletas, con sus ordenadores portátiles, con sus tablets… La mayoría, ruedan por las carreteras de los alrededores junto a sus compañeros de equipo, inmersos en las concentraciones de pretemporada que convierten Calpe en el centro mundial del deporte durante los meses que van desde finales de noviembre a principios de febrero. Él sabe lo que es. Hasta el pasado año, se alojaba en este mismo establecimiento junto a los que eran sus compañeros en el Etixx-Quick Step. Ahora, repantingado en uno de los sofás de este salón de vistas maravillosas, lo hace en solitario. No hay rastro del resto del Team Sky. Despojado de la atención mediática aparejada a ese maillot arcoíris conseguido en Ponferrada, Michal Kwiatkowski apura sus entrenamientos de cara al inminente inicio de una temporada crucial para él. En breve, cruzará el mar que tiene frente a él para debutar en Mallorca. Antes de eso, todavía hay tiempo para repasar lo que le ha aportado el cambio de aires protagonizado este invierno y que no ha sido todo lo amigable que le hubiera gustado.

Parece aliviado. En todos los sentidos. Incluso, de volver a vestir un maillot más ‘anónimo’ dentro del pelotón. “Fue muy bonito ganar el Mundial y llevar el maillot arcoíris, pero eso ya es pasado. Vamos a mirar hacia el futuro” musita con tono cansado. Como si estuviera harto de que a sus 25 años le pregunten más por lo que ya ha hecho que por lo que tiene por hacer.

Y centrarse en el futuro es contestar a una pregunta que sobrevuela al polaco desde que anunciara su decisión de abandonar el Etixx-Quick Step: ¿su marcha al Sky implica que buscará sus opciones en las pruebas por etapas? “Me gustaría ser competitivo en carreras de tres semanas”, reconoce ahora, aunque añade que “todavía no estoy en condiciones de poder decir que me voy a convertir en un vueltómano. ¿Cómo voy a desarrollarme? No hay nadie que pueda darte una respuesta a esa pregunta”.

Quizás esas ganas de darle un giro radical a lo que podía haber sido su carrera de haber seguido bajo la batuta de Patrick Lefevere es lo que ahora le lleva a afirmar que “aquí puedo aprender mucho de un corredor como Chris Froome. En el Sky tengo más y mejor apoyo del que nunca tuve en el Etixx-Quick Step”. Por si el mensaje no fuera lo suficientemente claro, añade que “echando la vista atrás, me doy cuenta de que hay algunas carreras que estuve a punto de ganar y que no lo hice por fallar en mis cualidades como escalador. Por ello, aquí me han permitido ausentarme del entrenamiento grupal con el resto del equipo y unirme a Froome en la preparación específica en este terreno”.

En cualquier caso, esa hipotética reconversión hacia un corredor de grandes vueltas no es un objetivo que el ex campeón del mundo vaya a abordar en el futuro más próximo. Para esta temporada 2016 sus objetivos son muy distintos. “Mi mayor ambición personal es poder estar con los mejores en la Amstel y en la Lieja aunque también me motiva muchísimo poder hacerlo bien en la Milán-San Remo y la Vuelta a Flandes”. Por todo ello y dada su experiencia en este terreno, Kwiatkowski reconoce que “creo que puedo aportar bastante a este equipo en términos de rendimiento en las clásicas”.

Y, aunque asegura –habrá que ver si Sir Dave Brailsford está de acuerdo– que “no tengo mucha presión porque no puede haberla. Todavía nos tenemos que conocer [él y el equipo N.d.A.] y no puede haber grandes expectativas en mi primer año con ellos”, también reconoce que “otra cosa distinta es la presión a la que yo mismo me someto ya que me gustaría poder ganar uno de los cinco Monumentos”.

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