La importancia de la hidratación en el ciclismo

Un ciclista de la selección española bebe agua © RFEC

Son varias las dudas que se nos plantean sobre cuál es la manera de hidratarnos correctamente a la hora de realizar algún deporte, como la práctica del ciclismo, el cual supone un alto esfuerzo físico y la exposición a altas temperaturas.

La actividad física es esencial para la salud ya que nos ayuda a sentirnos mejor psicológicamente, debido a que generamos endorfinas, al mismo tiempo que nos mantenemos en forma. Sin embargo, en ocasiones descuidamos una parte fundamental: la hidratación. En ciclismo se pasan muchas horas al aire libre, sobre todo al sol. El gran esfuerzo físico que realiza un ciclista requiere de una adecuada alimentación y, por su puesto, no descuidar en absoluto la hidratación, ya que la ingesta de agua ayuda, además, a evitar el aumento de la temperatura corporal.

Pero ¿qué cantidad de agua debemos ingerir?

Numerosos estudios apuntan que la cantidad diaria recomendada de agua se encuentra en torno a los 2L y que puede complementarse con la ingesta de frutas y verduras con alto contenido en agua.

¿Es más efectivo hidratarse antes, durante o después de realizar ejercicio?

Es importante tener en cuenta que no debemos esperar a tener sensación de sed ya que esta, normalmente, aparece cuando ya existe una pérdida de líquidos. Lo más recomendable es comenzar a beber agua en torno a 1 hora o 2 antes de practicar deporte.

Se aconseja también establecer pausas cada 15-20 minutos durante la actividad para beber pequeños tragos de agua fresca, sobre todo si se practica deporte en verano o días calurosos, muy habitual en ciclismo. No obstante, el proceso de hidratación debe continuar tras la finalización del ejercicio o en este caso de la ruta. Así, debemos procurar beber tanta cantidad de agua como peso hayamos perdido. Para conocerlo, la mejor forma es pesarnos antes y después, de esta manera sabremos cuál es la cantidad de líquido a reponer.

La dosis recomendada de agua © RFEC

¿Mejor agua o una bebida para deportistas?

En el mercado hay infinidad de marcas de agua embotellada y todas ellas a priori cumplen su función: hidratarnos. Sin embargo, es importante conocer que no todas cuentan con el mismo equilibrio en su composición.

Sodio, magnesio, bicarbonato y calcio son los componentes en los cuales debemos fijarnos para establecer qué aguas son las que nos ofrecen un mejor balance entre ellos. En ese sentido elegiríamos un agua baja en sodio, pero a su vez con niveles muy buenos de magnesio, calcio y bicarbonatos, lo que contribuye a controlar la presión arterial, fijar el calcio y el fósforo en huesos, además de ayudar a regular la concentración de sustancias insolubles en el riñón.

Asimismo, no está de más complementar nuestra hidratación con el consumo de alguna bebida que contenga sales minerales, sobre todo tras la práctica de deporte en ambientes caluros, ya que nuestro cuerpo pierde más cantidad de minerales, especialmente de sodio, potasio y cloro. Tanto en supermercados como en tiendas especializadas podemos encontrar diferentes opciones de bebidas isotónicas, aunque todas ellas suelen tener una característica común y es que en ocasiones resultan secas a nuestro paladar.

En definitiva, la mejor manera de mantenernos hidratados es mantener una constancia en la ingesta de líquidos y en ocasiones, si vamos a realizar algún deporte por más de 1 hora o de alta intensidad, decantarnos por bebidas complementarias indicadas para deportistas.

Fuente: Agua Sierra Cazorla para la Real Federación Española de Ciclismo.

 

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