La organización cifra en 150.000€ la cancelación de Koksijde

Nicolás Van Looy / Ciclo21

La seguridad está por encima de todo y de todos. Ese es, siempre, el mantra que se repite una y otra vez que se cancela cualquier evento deportivo y el ciclismo, por supuesto, no iba a ser una excepción. A nadie se le escapa que cuando hablamos de la suspensión de una prueba de la Copa del Mundo de ciclocross por las malas condiciones climatológicas, muy mal tiene que estar la cosa. Muy seguros tienen que estar de su decisión las personas con la responsabilidad de tomarla. Hablamos, no hay que olvidarlo, de dejar una competición del calibre de una Copa del Mundo con 80 puntos (60 en el caso de las mujeres) menos en liza. De unos corredores que se quedan colgados tras costosos viajes. De centenares de artículos de prensa analizando con lupa qué pasó y llenando, con contenido alternativo, un espacio que debía de ser dedicado a contar las evoluciones de los corredores sobre el barro, el césped, la tierra, la nieve o la arena. Hablamos de todo eso, sí; pero también de miles de personas con entradas pagadas a las que hay que devolverles su dinero, de patrocinadores que han invertido importantes sumas para tener una visibilidad que no se producirá, de contratos televisivos que garantizan un contenido con el que, de repente, no se puede contar… hablamos, en definitiva, de un monumental lío económico cuyas consecuencias últimas pueden ser gravísimas para los organizadores y la propia prueba.

Pasado el primer impacto y con las reacciones de unos y otros diluyéndose de la memoria colectiva, llega el momento de quitarse las botas de caucho y ponerse los zapatos para pisar la moqueta. De colgar los chubasqueros y los abrigos y vestir los trajes y las corbatas. Llega, decíamos, el momento de olvidar el deporte y hablar de negocios porque después de la suspensión de la cuarta prueba puntuable de la Copa del Mundo de ciclocross que debería de haberse disputado el pasado domingo en Koksijde (Bélgica), hay mucha gente que se pregunta… ¿qué hay de lo mío?

Y lo mío son derechos televisivos, vallas publicitarias que no han salido en ningún sitio, litros de refrescos y cerveza sin vender, kilos de comida que se han tirado a la basura, horas de televisión que no se han ofrecido a las cadenas interesadas… pero también son miles de euros en carpas y otros materiales que yacen ahora en algún vertedero belga completamente inservibles.

El balance es demoledor. “Estimamos que el coste de la suspensión de la prueba del pasado domingo es de unos 150.000 euros”, reconocen ahora los organizadores que ya están “estudiando cuánto vamos a poder recuperar” tanto a través de las distintas pólizas de seguros como apelando a la buena voluntad y comprensión de los acreedores.

Jan Deramoudt, responsable de la organización, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad respecto al futuro de la cita de Koksijde y asegura que “no hay motivo para el pánico, pero sí es cierto que esperamos el informe final con el corazón encogido por el miedo. Ya sabemos que hay un total de costes fijos que será invariable de cualquier forma, pero estoy percibiendo mucha comprensión por parte de nuestros leales patrocinadores y el apoyo del ayuntamiento es muy reconfortante”.

Dicho esto, Deramoudt entró a valorar el farragoso mundo de los seguros. La prueba de Koksijde, por supuesto, había completado estos trámites, pero como cualquiera que alguna vez haya tenido que reclamar un incidente a una compañía aseguradora, nadie conoce bien la letra pequeña de las pólizas hasta que recibe la contestación a su reclamación. Por ello, Deramoudt explica que “por supuesto, estábamos bien asegurados contra todo tipo de daños, pero ¿esto cubre una anulación? Eso no lo sé”.

El organizador concluyó diciendo que “todo depende, en gran medida, de cuántos aficionados acabarán pidiendo la devolución del importe de sus entradas. Muchos no lo han hecho en señal de apoyo y eso es algo que nos enorgullece y que agradecemos”.

En ese sentido, cabe recordar que el precio de las entradas para la prueba de Koksijde era de 13 y 15 euros.

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