La pista que nos llega, un análisis de Luis Román

Aunque ya adelanté el tema hace algunos meses, advirtiendode la brecha Norte-Sur que se podía abrir en la pista, ha sido ahora cuando se han especificado ya de una forma más precisa –aunque aún veremos algunas interpretaciones y modificaciones, estoy seguro, ya que hay bastantes aspectos cogidos con alfileres-  las nuevas normas de clasificación para Copas del Mundo y Mundiales de esta disciplina.

 Nadie puede poner ningún pero a la filosofía del proyecto, que es potenciar la competición en los velódromos con un calendario estructurado en tres niveles piramidales: pruebas internacionales, Copa del Mundo y Campeonato del Mundo. Lo malo es que no es realista y una interpretación demasiado rigurosa del mismo puede ser totalmente contraproducente y alejar a bastantes corredores, sobre todo aquellos que no tienen una dedicación exclusiva.. o que pertenecen a naciones de segundo orden.
El primer requisito es que todo país debe inscribir una prueba en el nivel más bajo de este calendario internacional. Y aunque se ha concedido una moratoria hasta el 15 de mayo, a fecha de hoy solo 21 naciones presentan pruebas de las clases CL1, CL2 o CL3, requisito ‘sine qua non’ para estar en el próximo Mundial 2014: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chequia, China, Corea, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Irán, Italia, Malasia, Países Bajos, Polonia, Rusia, Suiza y Tailandia. A esta lista deberíamos unir –en una interpretación más laxa del Reglamento- a México, ya que tiene una prueba del calendario internacional, aunque sea Copa del Mundo, o incluso a Portugal e India, por tener campeonatos continentales. Y naturalmente a Colombia, como organizador del Mundial.
 Pero naciones como Argentina, Bielorrusia, Bulgaria, Chile, Cuba, Estonia, Eslovaquia, Hong Kong, Hungría, Irlanda, Japón, Kazajstán, Lituania, Nueva Zelanda, República Sudafricana, Surinam, Trinidad y Tobago, Ucrania, Uzbekistán y Venezuela, presentes en febrero en Minsk, no estarían en el próximo Mundial, calendario y reglamento en mano. Entre ellos, nos sorprende, por encima de todo, la ‘presunta’ ausencia de kiwis y daneses que, hoy por hoy –insisto- no tienen el requisito de la prueba inscrita, supongo que por motivos administrativos.
¿Y para qué sirven estas pruebas, aparte de abrir o cerrar las puertas del Mundial a los corredores de dichos países? Pues para confeccionar una clasificación llamada de elegibilidad y que se establecerá el 10 de septiembre –dos meses antes de la primera prueba- cuyos puntos permiten estar o no en la Copa del Mundo, el segundo escalón del nuevo proyecto UCI. Y es que solamente los corredores que hayan alcanzado 30 puntos (en las pruebas no olímpicas) o 90 (en las olímpicas) tienen el pasaporte para este circuito mundial. E insistimos: sólo valen los puntos obtenidos en estas pruebas, no en el Mundial del año anterior, ya que el objetivo de la UCI es que quien se dedique a la pista, lo haga de forma asidua.
Adiós al vivir de las rentas mundialistas, para bien (una mayor presencia en los velódromos) o para mal (puede ser el adiós de muchos ciclistas que en estos meses dan prioridad a la carretera). Eso sí, en las pruebas por equipos de la Copa del Mundo, equipos UCI y naciones pueden competir sin requisitos previos, ni como estructuras ni en cuanto a los integrantes de las formaciones.
El tercer y último escalón es el Mundial en el que sólo podrán participar los mejores de la Copa del Mundo, según unos límites máximos establecidos, pero siempre que hayan cumplido el requisito de haber estado en dos pruebas de esta competición –en el caso de los velocistas- o una –para las demás disciplinas-… o en todas, en el caso de las pruebas por equipos. Teniendo en cuenta que este año habrá mangas en Manchester (Gran Bretaña), Aguascalientes (México) y una tercera por decidir, pero posiblemente en Europa Oriental, Asia u Oceanía, el coste económico se dispara.
Volviendo con las pruebas por equipos (persecuciones y velocidad, masculina y femenina), el requisito para las naciones -o para los equipos UCI de esa nacionalidad, que también son válidos a estos efectos- es acudir a las tres mangas… y al Campeonato continental correspondiente en todas y cada una de las disciplinas en las que luego pretendan competir en el Mundial. En este caso no hay puntuaciones mínimas, pero sí ese requisito de presencia, con el coste que conlleva. Por el contrario, no hay obligatoriedad para los integrantes de estas formaciones y en el Mundial se puede presentar una cuarteta –si hablamos de persecución- totalmente distinta a la que haya participado en las pruebas clasificatorias ¿Comprensible? A duras penas. ¿Efectivo? Ya lo veremos.
Fuente: Uluru

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