La polémica regla 1.2.064 bis ¿Expulsión o vista gorda?

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Nadie se había dado cuenta el domingo a pesar de las muchas cámaras y motos de jueces que siguieron el paso de los ciclistas, pero Marcel Sieberg (Lotto-Belisol) incendió la Kuurne-Bruselas-Kuurne casi 24 horas después de que Tom Boonen cruzara la línea de meta. El alemán, cuyo equipo, al igual que el día anterior en el Omloop Het Nieuwsblad, estuvo desaparecido, utilizó su cuenta de twitter para quejarse por lo que él entiende que es un incumplimiento de la nueva regla 1.2.064 bis de la UCI por parte de los integrantes de la fuga al aprovechar los caminos laterales de la calzada para no tener que rodar sobre algunos tramos de adoquín.

Tanto la regla en sí como la queja de Marcel Sieberg carecen de cualquier lógica. Empecemos, si les parece, por la reclamación del ciclista. Tiene razón, el almán –hay que reconocerlo– que, tal y como está redactada la norma y a tenor de la imagen que él mismo publicó en twitter, los escapados hicieron caso omiso a esa norma. Ahora bien, el bueno de Sieberg asegura, en un tuit posterior, que en ese tramo adoquinado los perseguidores perdieron 30 segundos respecto a los líderes y lo achaca a esa maniobra. Si nos fijamos bien, la calidad del adoquín en esa zona es, casi, la misma que el asfalto –atendiendo a los estándares de adoquinado de las clásicas flamencas–, por lo que resulta muy difícil imaginar que en un grupo tan numeroso como era el perseguidor perdiera medio minuto ante solo diez hombres en ese tramo debido a la maniobra de los fugados.

En cuanto a la regla en sí misma, es completamente absurda. Circular por las “vías alternativas” que nos deja el trazado de la carrera no implica reducir la distancia de la misma o tomar una ventaja considerable respecto a los rivales. Uno de los grandes motivos por los que en las clásicas adoquinadas es tan importante afrontar el desgaste de rodar constantemente en cabeza es, precisamente, poder aprovecharse de esos trucos que, no sin riesgo, hacen el pedaleo más fácil, pero, como acabamos de decir, poder hacerlo también significa desgastarse mucho para estar siempre en las primeras posiciones.

Además, rodar por el adoquín es más peligroso en cuanto a caídas y, seguramente, más lento en un gran número de tramos, pero adoptar un plan B tampoco está exento de riesgos. Los caminos y zonas sin asfaltar que los ciclistas suelen usar por ser más cómodos no siempre están impíos. Es habitual que en ellos puedan encontrarse restos de cristales, basura o las propias piedras del camino, lo que multiplica el riesgo de pinchazos con todo lo que ello implica.

Si la UCI o los organizadores de las carreras quieren que los corredores circulen necesariamente por los tramos adoquinados sólo tienen que vallarlos, como ha hecho la París-Roubaix en el bosque de Arenberg, por ejemplo. En cualquier caso, hasta esta medida, por lo anteriormente expuesto, va en contra del espíritu de estas carreras, en las que la destreza y la fuerza de cada uno juegan un papel igual de importante que la experiencia y la inteligencia para saber cuándo se puede saltar del adoquín a la cuneta y viceversa.

 

 

 

2 comentarios

  1. No estoy para nade de acuerdo con el autor y si con Marcel Sieberg, la norma se hizo para que en las carreras de adoquin nadie tratara de saltarse dichos tramos.

    De hecho varios medios en Twitter se dieron cuenta de la «pilleria» y se pregunto que iba a hacer o no la UCI.

    Ademas dicha medida es tambien para proteger a los ciclistas y espectadores de posibles colisiones, ya que es habitual que en estos caminos «adicionales» se situen los espectadores.

  2. Parecen usuarios del Valenbisi, todos por la acera… pienso que la reclamación es legitima, a rodar todos en el mismo firme.

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