La surrealista historia de Beat Breu

Beat Breu fue un pequeño ciclista capaz de ganar en Alpe d´ Huez

Beat Breu © Joan Seguidor

Hoy el suizo Beat Breu es hoy un mecánico de bicicletas. Para muchos de nosotros este nombre sonará somero, tangencial, sin saber bien dónde ubicarlo, sin tener claro qué hizo o qué motivo le trae a estas líneas.

Pero Beat Breu fue una pulga, como Vicente Trueba, pero moderna, más reciente.

Su nombre iba siempre asociado a un seudónimo: “La pulga de la montaña”.

Beat Breu es el titular cuyo nombre sostiene el cartel de la curva cartoce de l´ Alpe d´Huez, un estadio, el gran estadio del ciclismo, donde este deporte camina por los derroteros de la historia de fútbol. Pequeño, liviano, sus 57 kilos de hueso y abigarrado pellejo dieron mucho que hablar cuando el Tour empezó a descubrir que el santuario de Huez iba camino de ser el santuario del ciclismo mundial.

En 1982 Breu debutó en el Tour sobre una Cilo de geometrías especiales consecuencia de su paupérrimo físico y pequeño tamaño.

Obsesionado con el peso, sumó “ganancias marginales” por cada recoveco de su bicicleta para que ésta pesara lo mínimo posible: manillar sin protección, frenos de plástico,…

Breu, desconocido, se presentó a mundo, ganando en Pla d´ Adet, en el corazón pirenaico.

Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor


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