Los compañeros de Goolaerts desconocían la situación

Van Aert y sus compañeros no supieron nada hasta cruzar la meta / © TDW

Nicolás Van Looy / Ciclo21

“Llegué muy rápido junto a Michael. También los médicos llegaron muy pronto. Desde el primer momento era evidente que se trataba de algo muy grave, pero los médicos hicieron un gran trabajo. Ya le estaban reanimando cuando yo llegué a su altura. Luego, fue trasladado a un hospital en Lille”. Así describía Michiel Elijzen los primeros minutos tras el infarto que finalmente ha terminado con la vida del jovencísimo Michael Goolaerts, corredor del Veranda’s Willems-Crelan, durante la disputa de la París-Roubaix.



Elijzen, director deportivo del equipo, explicaba también cómo tuvo que lidiar con la situación de qué información proporcionar a los compañeros de un Goolaerts que, en esos momentos, peleaba todavía por su vida en el hospital.

“Los corredores sabían que Michael había sufrido una caída fuerte”, explicaba el excorredor holandés al diario Algemeen Dagblad, “pero decidimos no decirles la verdad sobre la gravedad real de la situación. No les dijimos nada”. Elijzen, que tenía a su jefe de filas, Wout Van Aert, en el grupo de los mejores, explica que esa decisión de ocultar la verdad a sus hombres “lo hizo todo muy raro porque en ese momento ya no piensas en absoluto en la carrera, pero sigues teniendo a alguien con opciones”.

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