Los continentales españoles con licencia extranjera

El Gios en la Clàssica CV 1969 © V. Bravo

Raúl Lozano Sánchez / Ciclo 21

España cuenta oficiosamente esta temporada con dos equipos en la categoría continental, la tercera división del ciclismo pero oficialmente con ninguno tras el ascenso del Kern Pharma a ProTeam y la emigración y ascenso del Kometa a Italia como Eolo. Una categoría en la que abundan los conjuntos modestos, con calendario de carreras limitado, con pocos seguidores en redes sociales y con escasa atención por parte de los medios. A pesar de ello, son equipos que desbordan ilusión e imprescindibles para que ciclistas jóvenes puedan dar el ansiado salto al profesionalismo, otros con más experiencia eviten colgar la bici prematuramente e incluso para dar una segunda oportunidad a unos pocos que tras su estreno en la elite tuvieron que regresar al pelotón amateur.

El gallego Gios Kiwi Atlántico de Enrique Salgueiro –tercera temporada en la categoría- y el Electro Híper Europa –equipo debutante, con sede en Cervera del Maestre y capitaneado por Rafa Casero– comparten además una característica que los distingue del resto de equipos del pelotón nacional, ya que ambos han optado por correr con licencia extranjera: venezolana por segundo año consecutivo en el caso del Gios-Kiwi Atlántico –en 2019 lo hizo ligado a Guinea Bissau- y argentina en el caso del equipo castellonense. Una elección que, debido a la normativa UCI, marca significativamente la composición de sus plantillas.

Correr bajo la bandera de otro país para beneficiarse de las condiciones económicas que ello comporta es en muchos casos la única posibilidad para que un proyecto de estas características vea la luz. Un recurso que en los últimos años se ha convertido en el signo de identidad de más de una decena de equipos. Los recordamos.

Nace un sexto continental español… en Colombia

La mala imagen que proyectó el ciclismo en la sociedad española debido a la Operación Puerto, que explotó en 2006, y la larga crisis económica que comenzó poco tiempo después supusieron un punto de inflexión en la creación de equipos en nuestro país. Salvo en contadas excepciones, como la entrada en 2011 de un patrocinador como Movistar, muchas marcas no quisieron o no pudieron garantizar la viabilidad de proyectos de cierta envergadura a medio-largo plazo y en cuestión de cinco años las formaciones que componían el pelotón español se podían contar con los dedos de una mano.

Hasta entonces se había vivido una época de crecimiento, culminada en 2006 con la puesta en marcha de hasta quince equipos profesionales. Catorce de ellos con licencia española y uno con licencia colombiana pero con origen en Navarra: el equipo Atom, cuyas raíces procedían del conjunto aficionado navarro Azysa. A pesar de lo reducido de su calendario, limitado a pruebas en España –pocas y a menudo compartiendo carretera con equipos aficionados- y Francia, el Atom hispano-colombiano tuvo un debut más que aceptable debido principalmente a la punta de velocidad de Mikel Gaztañaga, que le dio tres triunfos y varios puestos destacados. La temporada se cerró en la Vuelta a Colombia, en la que consiguieron un cuarto triunfo gracias al corredor local Carlos Andrés Ibáñez. No obstante, el equipo desapareció a final de temporada.

Andorra-Grandvalira: el proyecto de Mauri por fin ve la luz

Tres temporadas más tarde nacía el Andorra-Grandvalira, continental con base española pero afiliado al pequeño país pirenaico. El impulsor del proyecto era el exciclista catalán ganador de una Vuelta a España Melcior Mauri que, junto a Domènec Carbonell como director deportivo, ponía por fin en marcha su ansiado equipo profesional. El de Vic ya lo había intentado sin éxito al frente de la resucitada sección de ciclismo del FC Barcelona, que pasó tres años (2004-2006) en el campo aficionado. Además de los mejores talentos del ciclismo catalán del momento (Eduard Prades, Sergi Escobar, Jaume Rovira o Carles Torrent) la normativa UCI obligaba a completar la plantilla con varios ciclistas andorranos, sin presencia real en el grupo de competición. A pesar de la popularidad de Mauri y de disponer de un vivero de jóvenes promesas –en el filial elite y sub23 corrían futuros profesionales como Jesús Herrada, Jordi Simón o Airán Fernández– el equipo tuvo que despedirse al final de temporada al frustrarse su intención de convertirse en Profesional Continental por problemas de financiación.

Murcia busca un aliado en Grecia

Solo un año más tuvieron que esperar los aficionados para ver cómo aparecía otro equipo continental español con licencia extranjera. El conjunto murciano Contentpolis-AMPO diría también adiós al final de la temporada 2009 tras cuatro años en las carreteras, los dos primeros como continental bajo el patrocinio del Grupo Nicolás Mateos y los dos segundos como profesional continental. El vacío que dejó en la región lo ocupó en 2010 el Heraklion Kastro Murcia con una plantilla formada por desconocidos ciclistas griegos –provenientes del modesto continental Heraklion Kastro, con sede en la isla de Creta- y españoles, entre los que figuraron nombres como Francisco Mancebo, Jaume Rovira o Salvador Guardiola. La experiencia, dirigida por José Antonio Ortuño, duró solo dos temporadas (Heraklion Kastro Murcia 2010 y KTM Murcia 2011) que concluyeron por desencuentros entre ambas facciones.

Gios Deyser León Kastro: el proyecto griego pone rumbo a León

La estructura helena cambió de socio en 2012 sin salir de España, apoyándose en la Diputación de León. Nacía así el Gios Deyser León Kastro, un nuevo conjunto continental hispano-griego en el que repetían Rovira y Guardiola y al que se incorporaban Aitor Pérez desde el Lampre y el repescado José Rafael Martínez, entre otros. La formación mantenía además equipos en las categorías elite y sub23 y junior, y tenía perspectivas de crecimiento, pero limitaciones normativas –como la de la edad de los corredores – acabaron por enterrar el proyecto al renunciar a seguir como continental.

Murcia encuentra un nuevo socio, ahora en Belgrado

Imagen de la concentración de 2015 © Keith Mobel

Tras dos años sin equipo profesional en la región, Murcia contaría en 2014 con un nuevo equipo continental, de nuevo con el sello de José Antonio Ortuño. La asociación no sería en este caso con un conjunto griego, sino serbio, el Club Ciclista Partizan. De este modo nacía el Keith Mobel Partizan. El equipo hispano-serbio tendría continuidad durante cinco temporadas, siempre en la categoría continental, bajo diversas denominaciones: Keith Mobel Partizan (2014 y 2015), Dare Gobik Partizan (2016), Dare Viator Partizan (2017) y –ya sin el vínculo con el club de Belgrado y con apenas cuatro españoles en la plantilla- Dare Gaviota Cycling Team (2018).

Historias sin final feliz en Latinoamérica

El mismo año en que comenzaba a rodar el Keith Mobel Partizan debutaba también en el pelotón continental una escuadra extranjera con aire español: el Team Ecuador. Dirigida por el ex Andorra-Grandvalira Domènec Carbonell, algunos de los mejores corredores ecuatorianos con Byron Guamá al frente estaban llamados a foguearse en el calendario europeo profesional acompañados por ciclistas españoles como el incansable Jaume Rovira, Jordi Simón o Albert Torres. Con una gran “M” de la compañía telefónica Movistar exhibida en el maillot, el experimento parecía tener fuertes cimientos, pero el segundo año se truncó –no pudo correr en carreras españolas- y la mayoría del bloque peninsular abandonó el barco a final de temporada denunciando falta de recursos económicos. El Team Ecuador continuó varios años más en la brecha, pero únicamente con presencia de corredores americanos en sus filas.

Aún más traumática fue la experiencia del Pinoroad chileno, que tenía que haber visto la luz también en 2014 con la intención de ser embajador del ciclismo del país en Europa y el resto del mundo y que resultó ser un fraude en toda regla. Aquel equipo fantasma hispano-chileno había captado a los ciclistas españoles Pablo Urtasun, Juanjo Oroz, Mikel Bizkarra y Salvador Guardiola. Por suerte, no fue el final de sus carreras y, de hecho, los dos últimos siguen aún en activo.

Palma, Oroz, Urtasun, Pino, Yáñez, Bizkarra y Guardiola © Pinoroad

En 2017 se creó el Equipo Bolivia, con la misma filosofía de promoción de los ciclistas locales que habían ideado los proyectos anteriores. La experiencia contaba con una representación española que lideraban en la dirección técnica dos caras de sobra conocidas por los aficionados, los exciclistas Laudelino Cubino y Javier Murguialday. Egoitz García era su corredor más destacado. La iniciativa se fue al traste también por problemas de financiación, con la controvertida figura de Juan Hortelano como responsable del invento.

Los aires caribeños sientan mejor: el Inteja de Diego Milán

La experiencia del equipo continental Inteja, que durante cuatro temporadas (2015-2018) sirvió de refugio para diversos buenos corredores de nuestro país sin un hueco en equipos de la primera y la segunda división, ha sido mucho más agradable, a pesar de su modestia. Sin ser propiamente un equipo impulsado desde España, el alma mater de esta mezcla de corredores españoles y dominicanos ha sido Diego Milán, manchego con doble nacionalidad y que, tras militar en el Inteja en aficionados, en 2015 consiguió elevar el estatus del equipo a Continental. Allí reclutó en esa primera experiencia a sus excompañeros Joaquín Sobrino y Rubén Menéndez, así como a cuatro jóvenes valores entre los que destacaba Antonio Pedrero, que un año después ficharía por Movistar. En las tres temporadas siguientes tuvieron su oportunidad en el conjunto caribeño ciclistas como Paco Mancebo, Fernando Grijalba o Albert Torres, luciendo el maillot a uno y otro lado del Atlántico.

Torres con el Inteja

Embajadores españoles en el Golfo Pérsico

Si a muchos aficionados les sorprende ver en las guías que se publican en este inicio de temporada las banderas de países como Venezuela o Argentina en la ficha de equipos impulsados en España, también genera sorpresa la colaboración que han prestado varias estructuras españolas a pequeños estados ubicados al este de la península arábiga, como Kuwait o Baréin.

Aunque sus orígenes estuvieran a miles de quilómetros de distancia, dos equipos continentales kuwaitíes se apoyaron en el ciclismo de nuestro país para desarrollar a sus jóvenes talentos. El Kuwait Cycling Project reclutó al final de la temporada de 2015 a dos ciclistas españoles, José Manuel Gutiérrez y Ángel de Julián. Esa aventura aparentemente puntual se tornó en una relación estable a partir de la siguiente temporada, fijando una parte del equipo su sede en España e incorporando a varios corredores hispanos cada año, así como a la marca catalana de bicicletas Massi como patrocinador. En 2019 el equipo Massi Kuwait se fusionó con el Vivo Team Grupo Oresy paraguayo, pasando a denominarse Massi Vivo Grupo Oresy y un año más tarde Massi Vivo Conecta, un equipo “entre Paraguay y la Val d’Aran” tal y como reza en su cuenta de Instagram. Precisamente el aranés Rubén Caseny –también presente esta temporada en la plantilla junto al aragonés Javier Comín– ha sido el único ciclista que se ha mantenido en el equipo desde 2016.

José Manuel Gutiérrez con el Kuwait

En 2017 el Massi coincidió en el pelotón con el ambicioso Kuwait-Cartucho.es, equipo presentado en Madrid junto a la estructura elite y sub23 del Cartucho.es-Magro, del que era alma mater el hoy añorado exciclista Jesús Rodríguez Magro, fallecido en septiembre de 2018. Aquel equipo hispano-kuwaití, además de a los profesionales José Manuel Gutiérrez, Axel Costa y Fernando Grijalba, lograba reclutar a experimentados corredores como Davide Rebellin o Stefan Schumacher, y realizaba un calendario repartido entre Asia, África y Europa, corriendo siete pruebas del calendario de nuestro país. A pesar de conseguir ocho victorias, la experiencia mixta se deshizo al acabar la temporada.

En el Bahrain Cycling Academy, filial del equipo ProTour puesto en marcha en 2020, también se habla –curiosamente- español. Gracias a su vinculación con la Fundación Benicadell, varios jóvenes ciclistas españoles que han crecido al amparo de la entidad alcoyana a través de su equipo elite y sub 23 han podido dar el salto a profesionales. El último de ellos es el alicantino Javier Gil. El equipo ha confiado además la dirección deportivo a los excorredores Axel Costa y Bernardo Ordiñana. Como la mayoría de equipos extranjeros con marcado acento español, el objetivo del Bahrain Cycling Academy es el de la formación de los jóvenes talentos del pequeño estado del Golfo Pérsico para intentar que algunos lleguen a la elite. El primero en recibir la alternativa ha sido el joven Ahmed Madan, que asciende este año al Bahrain Victorious de Landa, Bilbao y Valls. A pesar de que el debut como equipo filial fue en 2020, la formación continental heredaba el trabajo realizado desde 2017 por la escuadra Vib Sports, por la que pasaron también varios corredores españoles.

Antecedentes de lujo

Más allá de todos los casos nacidos en la categoría continental, la historia reciente de nuestro ciclismo ha aportado varios equipos de primer nivel que han tomado la decisión de afiliarse a otros países, por causas diversas. El más reciente ha sido el del Eolo-Kometa de la Fundación Contador, que para dar el salto a la categoría profesional continental ha preferido fijar su residencia en Italia por el interés comercial de sus patrocinadores. Tan solo cuatro españoles figuran en la escuadra de este año, por once italianos.

En 1979 el todopoderoso KAS se sacaba la licencia en Bélgica y fichaba a quince corredores belgas, entre ellos a Lucien Van Impe o al prometedor Claude Criquielion. A pesar de que la marca de bebidas vasca pretendía ampliar su mercado en Europa, a final de aquel año el equipo acabó desapareciendo. En 1986 el equipo regresó a las carreteras, pero con licencia francesa. En 1987 y 1988 -los dos últimos de su brillantísima historia- el Kas recuperó la licencia española y aunque los corredores locales volvieron a ser los más representados, la plantilla mantuvo su carácter internacional con corredores franceses, belgas, suizos, irlandeses, portugueses y australianos en sus filas.

El histórico Kelme se afilió a principios de 1992 a la Federación Colombiana por los beneficios económicos que comportaba. La maniobra no gustó en España –no pudieron correr la Vuelta a Andalucía y en Valencia lo hicieron con un permiso provisional- y los de Rafa Carrasco decidieron dar marcha atrás y volver al redil de la Federación Española pocas semanas después.

Otra “fuga” mediática fue la del Festina-Lotus a Andorra, en 1993. El equipo construyó una torre de babel de muchos quilates capitaneada por Bruno Roussel. Para ello tuvo que contar con un buen número de ciclistas del país pirenaico, que salvo alguna honrosa excepción no llegaron a ponerse un dorsal. El cambio de nacionalidad llenó muchas páginas de diarios, pero no había marcha atrás y el Festina pasó a ser un equipo francés con grandísimos resultados… pero un lamentable final marcado por el dopaje.

Vaughters © Santa Clara

También en los 90 se creó el conjunto hispano-ruso Porcelana Santa Clara. Adscrito a la federación rusa, compitió en las carreteras entre 1994 y 1996 con una notable representación española y ciclistas de la calidad de Romes Gainetdinov o Andrei Zintchenko, además del estadounidense Jonathan Vaughters, hoy mánager del Education First.

Mucho más sonada fue la fusión de la estructura del Clas con el equipo Mapei en 1994, dando lugar a una potentísima escuadra italo-española afincada en Italia y encabezada por el suizo Tony Rominger. En la temporada siguiente el acuerdo se ampliaba a tres bandas con la entrada de la parte belga del GB-MG, con Johan Museeuw a la cabeza, dando lugar al Mapei-GB. En 1997 el bloque español del Clas desapareció por completo de la estructura.

Aunque manteniendo la licencia española, en 2004 el equipo Relax se convertía de la noche a la mañana en un conjunto hispano-belga con la entrada del patrocinador Bodysol e incorporaba hasta nueve corredores de aquel país. De este modo conseguía su objetivo: ascender a la primera división del ciclismo mundial. El experimento Relax-Bodysol solo duró un año y hasta su desaparición definitiva al acabar la temporada 2007, el Relax se mantuvo de nuevo como un equipo eminentemente hispano.


5 comentarios

  1. Interesante artículo, desconocía la existencia de algunos de estos equipos. Esperemos que sirvan de ejemplo para futuros equipos que quieran entrar en el ciclismo.

  2. Interesante artículo, desconocía la existencia de alguno de ellos como el Porcelana Santa Clara. Esperemos que en un futuro estas uniones puedan posibilitar la aparición de nuevos equipos con presencia española. Gracias.

    • Muchas gracias Pau. Seguro que siguen apareciendo equipos como el recordado Santa Clara o los actuales Gios y EHE, ya que en muchas ocasiones son la única alternativa para que jóvenes ciclistas puedan llegar a debutar en el campo profesional. Saludos.

  3. El Porcelana Santa Clara dio la oportunidad de correr en profesionales a gente como Javier Pascual Rodríguez y Javier Pascual Llorente, que luego tuvieron una larga y fructífera trayectoria profesional.

    • En efecto, muy buena memoria Javier. La mayoría de corredores que pasan por equipos modestos no acaba teniendo una carrera muy extensa, pero hay excepciones como las que comentas. En el artículo se citan varios de estos casos, aún en activo. Gracias por el comentario, un saludo.

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