Los secretos del kilómetro, en la experiencia de Hoogland y Martínez

Hoogland y Martínez, oro y bronce en el Mundial de 2022

Trackpiste / Ciclo 21

La exitosa tentativa de récord del kilómetro de Jeffrey Hoogland del pasado martes nos ha permitido ratificar una vez más la potencia de ‘Hulk’, el extraordinario velocista de Nijverdal. Pero también es el momento de conocer un poco mejor esa disciplina tan agónicasobre la que el propio corredor daba unas pinceladas hace unos días en Ad.nl pero que hemos querido ampliar desde la perspectiva de otro gran especialista como Alejandro Martínez.

El alicantino tiene una gran relación con el neerlandés, “con el que he compartido mucho tiempo estos dos últimos añosMe alegro mucho por él, porque para él era muy importante, aunque creo que no ha sido el mejor Hoogland. Pienso que con un poco más de preparación podría haber estado en 54, pero batir el récord por casi un segundo es algo impresionante”.

Pero más que del mejor kilometrista, lo que queremos es hablar del kilómetro, una prueba que Martínez define como “la más agónica. No puedo decir lo que piensan los fondistas de sus pruebas, pero en el apartado de velocidad, es la que más se sufre”. Una prueba en la que los especialistas “nacen, no se hacen. El kilómetro, lo tienes o no lo tienes. Los ‘mega top’, con su fuerza, pueden terminar adaptándose. Pero esa combinación de arrancar lo más rápido que puedas y aguantar tres vueltas más no está al alcance de todos”.

Como todas las pruebas ciclistas, el calentamiento, las horas antes de la prueba en el velódromo son fundamentales. Hoogland contaba que siempre está nervioso antes de la salida. “Pues sí lo está él, imagínate los demás. Pero le entiendo, no sólo por la competición, sino porque cada vez que corre, se espera de él el máximo. Y eso te genera mucha tensión. Yo en mi caso, procuro aislarme, evadirme de todo lo que no sea el kilómetro.  Centrarme solo en lo que voy a hacer. Procuro recopilar lo que me ha funcionado, materializar lo que ya he hecho otras veces. Y no improvisar. Cumplir la rutina. Por ello intento que el timing vaya bien organizado. Cuando tomar una suplementación, hacer una serie, que esté todo listo. Y si algo no lo está, que no me desconcentre, seguir pensando que todo va a salir bien”.

Hoogland, instantes antes de comenzar la prueba © Facebook Jeffrey Hoogland

Arrancar lo mejor posible

A Hoogland le podíamos ver escuchando música “que es algo que te sirve para desconectar de lo que te puede molestar. En mi caso me gusta ver algún reel, o algún tik tok que me motive”, nos cuenta Martínez.

El momento de salir a la pista y subirse a la máquina es, según Hoogland, cuando “desaparece la tensión. Entonces ya no escucho nada a mi alrededor. Todo sonido desaparece de alguna manera. Eso es una locura, pero realmente ya no escucho nada”. Unas palabras que el español corrobora al cien por cien, “pero yo no escucho nada desde que me subo a la bici. Solo escuchas los pitidos, y te concentras en arrancar lo mejor posible”.

Y así comienzan las cuatro vueltas del kilómetro, con una elección clave, el desarrollo. Uno muy duro impide coger velocidad rápidamente, pero si pecamos por defecto, no se aprovechará todo ese potencial. “No sé el desarrollo que usaría, posiblemente un 69 o 70×15, pero si pienso que ahí estuvo un poco la clave, porque podría haber arrancado más rápido, estar en unos 17 bajos. En mi caso uso un 64×15, que es más o menos lo que empleamos los que vamos a estar en una final de un Mundial. La clave es arrancar es esa, arrancar lo más rápido posible, pero siendo consciente de que hay tres vueltas más. Lanzar la bicicleta con todas tus fuerzas lo antes posible. Arrancar más rápido es poder dar las siguientes vueltas más rápido después. Tenemos que estar en 18.0, 18.5 como mucho, porque si no es muy complicado recuperar ese tiempo después”.

Hoogland arranca su esfuerzo en el Campeonato de Europa © UEC

Las referencias no valen para nada

La salida de la curva 4 es un momento clave, “porque ahí es donde ya me acoploal enfilar la recta de meta, aunque hay algunos que lo hacen un poco después”. Eso sí, Martínez no quiere saber nada de cadencia, “porque no llevo nada en la bici, quiero ir lo más ligero posible. Luego ya habrá tiempo de analizar los tiempos. Pero en ese momento no tienes referencias, ni siquiera de los parciales, porque no te van a servir para nada, en una prueba en la que tienes que dar el cien por cien en todo momentoEn todo caso, es algo que no es complicado calcular si sabes el desarrollo que llevas”.

La segunda vuelta es la de la organización. Como dice Hoogland “termina la fase de embestida, con la de centrarse en seguir la línea y ahorrar energía”. “Es en esa vuelta en la que alcanzas la máxima velocidad”, añade el alicantino, que en el caso del récord del neerlandés fue de 74,9 km/hora. “En mi caso, he hecho esta vuelta un par de veces en 12.8”, lo que supone una velocidad punta de 70,3, con una cadencia de unas 130 pedaladas por minuto. “Esas dos primeras vueltas de Hoogland son claves, nadie lo hace como él. Y ese tiempo que va por delante ya nadie puede recuperárselo”, apostilla el recordman nacional.

“En la tercera ya comienzas a perder velocidad, aunque mantienes el mismo ritmo. En mi caso, podemos hablar de pasar de un 12.8 a un 13.3, aunque es curioso que los fondistas hacen el kilómetro de una forma distinta, ya que no empiezan tan fuerte y en esta vuelta todavía van a más”. Tanto Hoogland como Martínez señalan que “comienza a aparecer el dolor”. “Respiras profundamente, intentando que llegue el oxígeno”, indica el flamante plusmarquista mundial.

Alejandro Martínez, acoplado en pleno esfuerzo © RFEC

Llega el dolor

El cuarto y el último giro es definitivo. Cuántas veces hemos visto ‘petar’ a corredores que llevaban unos tiempos excelentes, pero que no han podido aguantar el ritmo. “Se trata de que la caída de tiempo sea la menor posible. Pero estás en un momento en que el dolor es ya muy importante, y no puedes hacer nada por evitarlo. Es algo que no se puede entrenar, sólo intentar soportarlo y seguir dando al máximo. Por ello hay gente que no puede competir en el kilómetro, porque no aguanta ese dolor. Además, es una prueba en la que no puedes reservarte, no puedes guardar, tienes que dar todo desde el principio. Intentas mantener la línea, pero no es fácil porque ya empiezas a descomponerte”. Como comenta Hoogland. “si realmente siento que no voy lo suficientemente rápido, entro en una fase de pánico y empiezo a embestir de todos modos. Pero eso es una mala señal”. Traducido a tiempos, “en mi caso, tienes que intentar que no se vaya a 15 segundos, estar en 14.6 no está mal”. El alicantino señala que en esta última vuelta “Hoogland suele caer bastante, pero en este caso hizo la última vuelta en 13.4”, propiciado por la disminución de la presión atmosférica en comparación con la que hay a nivel del mar.

Pero la agonía no ha terminado. “Cuando te bajas de la bicicleta todavía es peor. Te tienen que sujetar, ayudar a bajar las escaleras porque no puedes. Estás mareado del esfuerzo. Sólo piensas en tumbarte, en recuperarte”. Es bastante común que muchos corredores vomiten, como le sucedió a Hoogland el martes. “Incluso si tienes la alegría de estar esperando por un puesto en el podio, como me pasó a mí en el Mundial, sigues hecho polvo y hasta quince o veinte minutos más tarde no estás en unas mínimas condiciones”.

Y aunque esta vez no fue el caso, hay que tener en cuenta que desde 2017, se disputa en dos fases en los grandes eventos, lo que supone hacer dos kilómetros, uno matinal y la final vespertina. “Y lo mismo que te decía antes, no puedes reservarte por la mañana. Tienes que darlo todo, no puedes pensar en guardar por la mañana para por la tarde, porque te quedas fuera de la final. La recuperación es clave y si tienes poco tiempo, y el hotel está un poco lejos, lo mejor es quedarte en el velódromo, tumbado en una camilla, y con los trucos que te da la experiencia para estar recuperado por la tarde, alimentación, batidos, presoterapia…”. Eso sí, el esfuerzo de los dos kilómetros se termina pagando en otras pruebas, aunque hay que recordar que en el pasado Mundial de Glasgow incluso se les puso una tercera carrera, la clasificatoria del keirin, en esa misma jornada.

Hoogland, exhausto tras terminar su reto © Team NL

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