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Markel Beloki (27 julio 2005, Vitoria, Euskadi, España) no tenía previsto en su programa 2025 tomar la salida en su primera gran vuelta. Pero su «frescura» tras superar una siempre complicada mononucleosis -tres meses inactivo- y los huecos de su equipo EF Education sin líder claro le llevaron a Italia para debutar en la Vuelta a España con la etiqueta de benjamín de todos los participantes. A sus 20 años y en su segunda campaña profesional -y con ya victorias UCI en etapa y general del Tour de Alsacia- llega a Madrid con su primer carnet de ciclista y sobre todo la experiencia de que su cuerpo ya tolera tres semanas de competición. No ha sido invisible porque cuenta orgulloso su 8º puesto en la estación de esquí de Valdezcaray y el 9º en los Corrales de Buelna. Otro valor español que no podrá estar en el Mundial sub-23 por su licencia WT. Las cosas de la UCI.
Markel Beloki en la Vuelta © Harru Talbot / EF
Fernando Ferrari. Enviado especial Ciclo 21
-Estar aquí significa que salió todo muy bien. ¿Qué balance hace de esta Vuelta a España?
-Creo que un balance positivo. Venía un poco sin expectativas. Realmente era mi primera Vuelta. No sabía que me iba a encontrar. He corrido muchas carreras, pero la carrera más larga que he corrido era de siete días. En esta Vuelta se ha multiplicado por tres. Entonces venía un poco con expectativas de ver cómo iba, pero creo que me voy con un balance bastante positivo y me voy muy contento a casa y creo que me puedo ir contento con el trabajo que he realizado. Esperemos que de cara al futuro me haya servido de aprendizaje.
-¿Qué es lo que más le llamó la atención o que más le sorprendió de estas 3 semanas? ¿La velocidad quizás?
-Sí, se va muy rápido. Hoy en día en el ciclismo se va muy rápido, pero creo que especialmente en una gran vuelta hay mucho control porque al final hay mucha gente de cara a la general. Entonces creo que se va muy rápido, hay mucha tensión, pero creo que es bueno también estar en este tipo de situaciones de cara al futuro para ir aprendiendo lo que es una gran vuelta, por si algún día ojalá estemos en la situación en la que están ellos ahí arriba.
-¿Cuál es el mejor día que se lleva de los veintiuno?
-Me tomo como referencia el día de Valdezcaray. Creo que fue un día en el que la primera vez que me veía de codo a codo con los mejores del mundo. Me sentí con muy buenas piernas y al final yo miraba a mi lado y veía gente muy buena y no me lo creía. Era como un sueño. Entonces, un octavo puesto, que igual para mucha gente puede decir, bueno, es un octavo puesto, pero para mí, realmente viendo desde donde vengo, vengo de una enfermedad bastante complicada, ver que el cuerpo ha mejorado y que he podido estar en esa situación, pues me ha dejado muy buen recuerdo.
-Quizás un poco esa mononucleosis ha sido beneficiosa para que usted haya participado en una Vuelta que inicialmente no tenía previsto.
-No sé si beneficiosa. Realmente al final sí que me sirvió para tener un periodo de descanso, para levantar un poco el pie y estar tranquilo en casa. Pero bueno, creo que se dieron así las situaciones. No sé si te diría si me ha venido mejor, peor, pero bueno, creo que al final se ha dado como se ha dado y al final he podido estar aquí y ya está, no hay más.
-¿Cómo valora la reentrada y la victoria en la general de Alsacia? ¿Las considera como victorias profesionales siendo .2 UCI?
-Bueno, no lo sé, al final es un debate que a mí realmente me da igual. A mí lo que me importa es haber ganado. Fui ahí un poco con la vuelta a la competición para ver cómo me volví a encontrar. Ganar siempre es difícil. Aunque digan algunos que no es una carrera profesional, ganar es difícil en todos los lados hoy en día. Así que bueno, eso que me llevo y lo que categorice la gente, me da bastante igual, la verdad.
-Por su edad evidentemente eres sub 23, pero no puede correr el Mundial de Ruanda de la categoría por estar en un equipo de primera división. ¿Qué opina de esta norma de la UCI?
-No lo sé, realmente me da bastante igual. Creo que me toca adaptar a lo que hay. No creo que mi opinión vaya a servir para que las cosas cambien.
-La experiencia que ha tenido en esta Vuelta, ¿de qué le va a servir para el año que viene?
-No lo sé. No sé si el año que viene estaré aquí o no realmente. Me sirve de que he aprendido muchas cosas, cómo gestionar estas tres semanas. Espero que en el futuro pueda estar aquí y se pueda repetir varias veces.
-Para variar, no le pregunto sobre su padre.
-Gracias.
