Cochise Rodríguez, mejor deportista colombiano del siglo XX

 

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Ciclo 21 / TrackPiste

El próximo 3 de junio se cumplirán 50 años de la primera victoria de un colombiano en una ‘grande’, en concreto en el Giro de Italia Fue en la localidad de Forti del Marmi donde Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez conseguía la victoria parcial, adelantándose en tres segundos al pelotón liderado por el rapidísimo Mario Basso, y ratificando  sus bien conocidas dotes de rodador.

Era la segunda de las cuatro temporadas que pasó en Italia, como gregario de lujo de Felice Gimondi, primero en ‘la’ Salvarani y luego en Bianchi, a donde llegó con 30 años tras una fecunda trayectoria en Sudamérica. Y aún le daría tiempo a conseguir victorias como el Trofeo Barachi -la prestigiosa contrarreloj por parejas donde compitió con su líder-, una nueva etapa en el Giro de 1975, y debutar en el Tour de Francia, que solamente correría una vez, en 1975.

Aunque no le faltaban dotes escaladoras como lo demuestran sus cuatro victorias y tres podios más en la Vuelta a Colombia, donde sumó hasta 39 triunfos de etapa entre 1961 y 1969, al colombiano se le recuerda como un excelente rodador y por sus éxitos en pista, por lo que ahora le acercamos a TrackPiste. Y especialmente por dos: el récord de la hora amateur, en 1970, y la victoria en el Mundial de persecución, un año más tarde.

Con una marca de 47,533, superaba en 39 metros el registro anterior, de Mogens Frey, logrado como el suyo en la altitud del velódromo Agustín Melgar de México. Y no fue tarea fácil porque en la primera parte del recorrido fue siempre por debajo, con un retraso de 9 segundos en el kilómetro 30. Parecía todo perdido, pero con una prodigiosa recuperación en el km. 40 se ponía casi a la par de la marca del danés, y a partir del 45 se ponía por delante para conseguir una plusmarca que ostentaría durante nueve años.

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“Lo que más recuerdo es que en la tribuna había unos niños que no se cansaron de animarme. Tuve momentos bien complicados, bajé la marcha, pero los escuchaba y se subían el ánimo -declaraba a El Tiempo con motivo del medio siglo de su récord-. Esa marca confirmó que podía hacer cosas grandes. Me hice más conocido en el ciclismo y me sirvió para darme a conocer mucho más”. Y sobre el récord en si comentaba que “fue tan duro que lo único que pienso es que menos mal logré el objetivo en el primer intento, porque hoy creo que si no lo hubiera hecho el intento se había quedado ahí, no habría habido un segundo asalto. Estaba muy fatigado. Me era muy difícil seguir el ritmo, ya iba con lo último y hasta pensé que no lo iba a conseguir, pero no sé de dónde saque fuerzas para terminar y conseguir el récord”, aunque volvía a reconocer que “de ahí en adelante se me hizo todo como menos complicado».

El segundo gran triunfo fue la persecución amateur, cuyo título logró en el velódromo Luigi Ganna, en el Mundial de Varese, en 1971, al batir en la final al suizo Jozef Fuchs, con un tiempo -para los curiosos- de 4:53.78. Anteriormente, había sido cuarto en San Sebastián 1965, y quinto en 1968 y 1970. También El Tiempo recordaba, 50 años después, los detalles de aquel triunfo, que se postergó 24 horas a causa de la lluvia, y que llegó tras haber derrotado a tres contrincantes- el polaco Mirlan Purzla, el ruso Alexander Bikov y el también polaco Jerzy Glowacki- ya que entonces ese era el sistema de competición, ir eliminando rivales. “Aún tengo presentes todos los detalles de aquella noche fantástica en la que vi coronada esa ilusión de ser campeón mundial pues ya había sido campeón de otros torneos en el ciclo olímpico y me había llevado muchos desengaños en todos los mundiales y olimpiadas, excepto en San Sebastián cuando en mi primer torneo mundialista eliminé al campeón mundial Hugh Porter”, reconocía.

Como profesional -y ya en la distancia superior de 5.000 metros- no pudo pasar de la quinta posición en 1972, siendo octavo en 1973. Tampoco se destacaría en los Juegos Olímpicos, donde intervino en dos ocasiones, Tokio 1964, 14º en la persecución, y 1968, 9º en la individual y 16º en la prueba por equipos. Por el contrario, en los Juegos Panamericanos sí logró tres medallas de oro.

En el primer párrafo escribíamos ‘Cochise’ entre comillas, porque era un apodo que tomó al sentirse asombrado por el histórico jefe apache tras ver un western cuando era un niño. Pero lo asumió de tal forma que, tras usarlo durante toda su carrera deportiva, en 2011 decidió oficializarlo, adjuntándolo a Martín Emilio como tercer nombre, por lo que ya no procede esa escritura entrecomillada. Por cierto, en ese proceso de cambio de nombre, al buscar su certificado de nacimiento, descubrió que realmente había nacido el 7 de abril de 1942, y no el 14 como siempre había creído él mismo y como aún se puede encontrar en algunas biografías.

A sus 81 años, Cochise hace honor al galardón de mejor deportista colombiano del siglo XX, dicharachero y popular en todas las competiciones a las que acude.

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