Michael Woods: «Si no tengo hambre no sigo adelante»

Redacción / Ciclo 21

Mientras preparan la nueva temporada, el equipo Israel ha entrevistado a Michael Woods para reflexionar sobre su campaña de 2023, lo que nos espera en 2024 y por qué tener un «contrato de jubilación» es un privilegio a la vez que da un poco de miedo.

Woodsy estaba de buen humor mientras se prepara para comenzar su cuarto año con el equipo de segunda división. Recordando con cariño su temporada, que incluyó la victoria de etapa en el Tour de Francia en Puy de Dôme, dice: «Fue una gran temporada para mí. No la mejor desde el punto de vista de la regularidad -creo que 2021 fue mi mejor temporada de principio a fin-, pero el mejor resultado de mi carrera fue esta temporada, en el Tour de Francia, y es un resultado del que estoy muy orgulloso».

El canadiense, que cumplió 37 años en octubre, también detalló que formará parte del Israel hasta que llegue el momento de poner fin a su carrera profesional. «Tengo mucha suerte de tener a Sylvan Adams a mi lado. Él es una de las principales razones por las que soy un ciclista profesional», afirma. «Él, junto con Paulo Saldanha, mi entrenador y también jefe de rendimiento del equipo. Sylvan me ha apoyado desde 2013 y acaba de jugar un papel masivo en mi carrera. Hace poco más de un año nos sentamos a hablar sobre la ampliación y básicamente llegamos a un acuerdo: me voy a retirar con este equipo. Me retiraré cuando ya no tenga nada más que dar».

«No quiero correr con mi bici si no rindo al máximo nivel. Quiero tener ilusión por ir a las carreras y ahora mismo la tengo. Así que vamos a prolongar hasta que esté listo para terminar. Es un privilegio increíble tener eso. Saber que voy a terminar por mis propios medios. Llevo ocho años en este deporte y hay una gran rotación de corredores. Y te das cuenta de que la mayoría de los ellos no tienen ese lujo» dice el protagonista.

Y a pesar de su edad sigue teniendo ambiciones. «Me doy cuenta de la suerte que tengo de contar con el apoyo de Sylvan y del equipo. Pero dicho esto, sí, es muy bonito, pero también da un poco de miedo. Normalmente, un buen incentivo es estar en un año de contrato y tener que volver a firmar y tener hambre. Casi podría ser un poco preocupante, como caer en la autocomplacencia, porque no tengo que ir a por el siguiente contrato. Pero esa es la razón por la que llegué a este acuerdo con Sylvan. Si no tengo hambre, no voy a seguir adelante. Y sigo teniendo hambre, así que quiero afrontar este año».

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