Mikel Nieve, uno de los MVP de la década

Mikel Nieve, triple ganador de etapa en el Giro de Italia

El cuadro de la clásica de las hojas muertas de 2022 se pintó de nostalgia, por los años que dejan atrás dos monstruos como Valverde y Nibali, si bien, no sería completo si omitiera otros hechos relevantes que, en silencio, van a ocurrir, hechos como la retirada de Mikel Nieve, en todo un monumento.

Una retirada con caída y amarga, para nada merecida, pero esto es ciclismo… hasta el último día.

El otro día argumentaba, en la distinción entre Van Aert y Evenepoel, qué entendía por el acrónimo MVP.

Y lo expresé en términos de valor, pero no sólo valor por victorias, que también, y sí por lo que aporta y suma al colectivo al que pertenece y al deporte que se debe.

Al margen del palmarés, que luego hablaré de él, Mikel Nieve ha sido el perfecto ejemplo de profesional que ha sabido honrar su oficio.

Su forma de ser, callado y trabajador, concuerda mucho con el perfil que buscamos y queremos en ciclismo: una hormiguita que, al margen de las circunstancias, siempre suma porque siempre está, nunca falla.

Sólo anunciar su retirada vimos qué reacciones se produjeron.

Las de casa las damos por descontadas, la de su gente, la del Caja Rural que ha sido su hogar al principio y final de sus mejores años.

Otra cosa son las de fuera, las de muy lejos, por ejemplo las de la actual estructura del Ineos, Team Sky cuando se debió a ellos, que no dudaron en expresar gratitud por lo mucho que el navarro dejó en esa enorme estructura.

Chris Froome, tipo agradecido donde los haya, también le dedicó un recuerdo de lo mucho que le debe: Mikel Nieve fue clave varias veces para el inglés, pero en especial la Vuelta de 2017.

Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor

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