“No ven personas, sólo bicicletas»

Marc Cabedo

Marc Cabedo en una carrera / © Marc Cabedo

Por: Marc Cabedo Hernández

Ayer informábamos en Ciclo 21 de la muerte de Rosario Costa, un jovencísimo ciclista del equipo de Vincenzo Nibali mientras entrenaba en compañía de su padre y otro grupo de corredores. Esta desgracia, demasiado poco infrecuente en los últimos tiempos, volvió a conmocionar a todo el mundillo ciclista y, entre otras muchas reacciones, despertó la de Marc Cabedo Hernández, un joven corredor, también de 14 años, que escribía esta madura y acertadísima reflexión al hilo de la noticia del fallecimiento de Rosario Costa en su Facebook y que transcribimos de forma íntegra por su sensatez y clara exposición del problema [Ciclo 21 únicamente ha introducido algunas correcciones y el título, N.d.A.]:

No ven personas, sólo bicicletas

Tengo 14 años, dos días a a la semana entreno con mi hermano de 9 años en la Escuela de Ciclismo. Está cerca de mi casa en un polígono. Solemos ir en bicicleta y a veces mi padre viene con nosotros. Otras vamos solos por el tema del trabajo (sic). Siempre vamos por la calle, nunca por las aceras, cerca de la derecha, pero sin pegarnos mucho. Me han enseñado que no debemos ir pegados a los coches que hay aparcados, pueden salir sin vernos, pueden abrir las puertas sin mirar. Cuando la calle es de dos carriles nos pasan sin problemas, pero cuando sólo hay un carril, vienen las prisas. ¿Por qué se empeñan todos en adelantar? Cuando en breve llegarás a una rotonda podrás pasar. ¿Por qué se empeñan en pasar? Aún tocándome el manillar, como el otro día. ¿Tanta prisa tienes? ¿No ves que no cabes? ¿Qué quieres, que me aparte? ¿Tienes hijos? ¿También les pasarías así? ¿También les pitarías? No lo entiendo. NO SOY UNA BICICLETA, SOY UNA PERSONA EN BICICLETA CON UN HERMANO UN PADRE Y UNA MADRE.

Respeto, por favor, mi familia te lo agradecería y yo también.

El año que viene seré cadete. Ya he comenzado a rodar por las carreteras de vez en cuando. Los arcenes están sucios y rotos, grietas, baches, colillas, ramas, hojas, palos, tierra, gravilla, condones… ves de todo. Por un «CONDUCTOR» de un vehículo que te pasa manteniendo el 1,5 mts, 20 no lo hacen. Te pasan y ya está. No me ven. Sólo ven una bicicleta. No ven a la persona. No entienden, sólo pasan. Sin pensar. Sin saber de mi ilusión. Que quiero ser ciclista, no quiero ser futbolista, ni nadador. Necesito la carretera para entrenar como el futbolista su campo y el nadador su piscina. Es mi ilusión, mi vida y mi pasión. Y yo, como ciclista, necesito la ayuda, el respeto y la comprensión de los conductores. Yo intentaré hacer lo mismo. Por favor intentad hacer lo mismo. Mucha gente os lo agradecerá«.

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