«One Cycling podría ser lo mejor que le pase al ciclismo»

Kjell Carlström es hoy director general del Israel Premier Tech con sede en España. (c) Noa Arnon

Redacción / Ciclo 21

Kjell Carlström es el director general del conjunto Israel.  En una extensa entrevista reflexiona sobre el futuro profesional del ciclismo, aboga por los derechos de formación y considera que One Cycling puede ser clave para el crecimiento del deporte si no genera división. «El ciclismo necesita unión y un modelo que haga partícipes a los aficionados».

En plena disputa del Tour de Francia, y con el billete asegurado para que la escuadra -hoy Pro Team- regrese al World Tour el próximo trienio (2026-2028), el jefe de filas de Israel atendió a 2PlayBook, portal especializado en economía del deporte. Estructura que se posiciona como una de las estructuras más estables del pelotón internacional. Su director general, Kjell Carlström, ha compartido en una entrevista con 2Playbook una visión a largo plazo que va mucho más allá del calendario competitivo. Su mensaje es claro: el ciclismo necesita reinventarse, abrirse a los aficionados y corregir sus desequilibrios financieros estructurales.

La estabilidad del retorno al World Tour

Tres años después de su descenso al ProTour, Carlström admite que fue «una gran decepción» y resultado de «errores cometidos y lesiones importantes». Sin embargo, el equipo mantuvo su nivel competitivo, un presupuesto de entre 25 y 30 millones de euros —en la media del World Tour— y una planificación a largo plazo basada en la profundidad de plantilla. «No hemos cambiado la forma de trabajar. Pero ahora desaparece esa presión de tener que ser uno de los mejores ProTeam para estar en las grandes carreras», señala.

La vuelta a la primera categoría internacional supone una mejora en la planificación, pero también nuevos desafíos. A partir de 2026, todas las pruebas del World Tour serán de participación obligatoria, y los equipos solo podrán ausentarse de una por temporada. «Esto pone presión sobre las estructuras: ya no basta con tener buenos velocistas o escaladores. Hace falta profundidad real en el equipo», advierte.

Un modelo financiero insostenible

El finlandés admite con sinceridad una de las mayores carencias del ciclismo profesional: la dependencia casi absoluta del patrocinio. «No hay ingresos por ticketing, los audiovisuales no se reparten y el merchandising aporta poco. Los equipos financian casi todo el sistema», denuncia. Aunque reconoce el esfuerzo de los organizadores en cubrir alojamiento y algunos traslados, afirma que esas aportaciones cubren una mínima parte del coste real.

El Israel ha logrado sobrevivir y crecer gracias a un modelo poco habitual, a ojos de Carlström, «la filantropía». Empresarios como Sylvan Adams o Ron Baron aportan una parte crucial del presupuesto, complementado por patrocinadores como Premier Tech. Explica que «no todos los equipos pueden sostenerse así» y que «el sistema actual no es viable a largo plazo».

Propuestas para una reforma estructural

Entre las ideas que el director pone sobre la mesa, una destaca por su ambición: introducir derechos de formación. «Como en otros deportes, los equipos que desarrollan talentos deberían recibir una compensación económica cuando esos ciclistas triunfan. Eso daría valor a los equipos más pequeños», explica. También sugiere que los contratos permitan préstamos de corredores en caso de dificultades financieras.

Otra vía de reforma pasa por renovar el formato de las competiciones. «El ciclismo debe ofrecer más emoción, más contenido audiovisual, nuevas formas de enganchar al espectador. No podemos seguir dependiendo solo del resultado deportivo», apunta. Destaca la importancia de los ciclistas como personajes atractivos para generar comunidad, pero también cree que hay que explorar nuevas formas de hacer partícipe al aficionado: «Hay que buscar maneras de que los fans se sientan dentro del ciclismo».

One Cycling: ¿una solución o una amenaza?

Sobre One Cycling, el ambicioso proyecto de reforma que plantea una suerte de «superliga» con los equipos como accionistas, Carlström se muestra cauto pero esperanzado: «Si no busca dividir, podría ser lo mejor que le ha pasado al ciclismo en mucho tiempo». El mánager general de Israel destaca que el diálogo entre todas las partes es indispensable y que cualquier transformación debe ser inclusiva: «El ciclismo tiene oportunidades enormes si trabajamos juntos. Pero necesitamos unión y no más fracturas». También se muestra abierto a revisar el formato de las grandes vueltas, aunque no cree que reducirlas a dos semanas sea necesariamente mejor. «Lo fundamental es que el calendario sea equilibrado, comprensible para el espectador y sin solapamientos. Más que la duración, importa que las carreras sean seguidas y comprendidas por el público», concluye.

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