Opinión: ¿Mundial a dos? Bi-eles lo dictaminará

El Mundial de ciclocross viaja este año a Bieles / © UCI

Samu Sánchez / © BMC

Samuel Sánchez* / Ciclo21

Muchos os preguntaréis qué hago yo aquí escribiendo y opinando de una disciplina que no es la mía.

La razón es bien sencilla: no puedo ocultar mi pasión por esta bella disciplina que a tantos nos gusta y que, por desgracia, en nuestro país apenas se conoce y se le dedica el apoyo que merece, tanto económico como en los medios de comunicación.

Si os fijáis en el titular que he elegido, separo la primera silaba del nombre de la localidad donde el próximo fin de semana se va a disputar el mundial del resto de la palabra. ‘Bi‘ es el prefijo con significado ‘dos’ y a colación de este prefijo vienen dos nombres propios: Wout Van Aert y Mathieu Van der Poel.

Ellos son los claros dominadores del ciclocross de esta temporada. Llegan a la cita mundialista sin haberse visto las caras desde hace casi un mes y los dos arrojan unas pequeñas dudas. Hemos visto a Van Aert dominar en Italia, en un circuito técnico donde el campeón de Europa, Toon Aerts, se rompía la clavícula, pero en contrapartida ha renunciado a la última prueba puntuable para la Copa del Mundo (en la que ya había conseguido el triunfo final de manera matemática) en Hoogerheide por una dolencia en una rodilla.

En el otro lado de la balanza está el fenómeno Van der Poel que allá por el mes de diciembre nos daba un susto cayéndose y perdiendo el conocimiento. Por suerte para todos los que nos gusta el espectáculo, reaparecía en el nacional de su país con una arrolladora victoria, pero en Hoogerheide lo hemos visto totalmente fuera de carrera a partir de la mitad de la misma.

Personalmente hago una reflexión como ciclista y me pongo en la piel del joven holandés y pensaría de este modo: “es la última carrera antes del mundial y tengo más cosas que perder que que ganar. Sólo voy a probar mi condición y si el tiempo que pasé en España (Benicàssim) entrenando dio sus frutos”.

Por lo que he visto, Van der Poel está al cien por cien y no quiso asumir riesgos innecesarios en un circuito físico y muy rápido donde hemos visto a un gran y recuperado Lars van der Haar que ha firmado un fin de semana perfecto ya que ha ganado las dos carreras previas al mundial, moral no le va a faltar a mi pequeño amigo holandés con esa gran capacidad de resiliencia que le caracteriza.

Al parecer el circuito luxemburgués es rápido y no muy técnico en ausencia de agua, pero tendremos un ojo en la previsión meteorológica ya que si llueve y aparece el barro, cambiaría por completo la carrera y su desarrollo

¿Mundial a dos? La armada belga, con Van Aert a la cabeza, contra los dos holandeses, con Van der Poel como buque insignia. Vamos a ver un duelo precioso entre belga y holandés, pero cuidado: el ciclocross no es sólo dar pedales. La suerte o mala suerte influyen a veces y mucho, un enganchón, una caída, una avería o, por qué no, un mal día pueden influir muchísimo en el resultado final. En la línea de salida hay especialistas que saben de la superioridad del binomio Van Aert-Van der Poel y no van a dudar en jugársela con apuestas arriesgadas. Arriesgando, quizás, más que nadie. Empezando ya con el material ,desarrollos, presiones para ir más al limite, tipo de taco en el tubular… algo tienen que hacer para ganar a los dos monstruos del barro actuales.

No me quiero olvidar de los nuestros y espero verlos entre los quince primeros, sobre todo viendo la gran carrera de Ismael Esteban en Fiuggi, en un circuito que parecía una pista de patinaje y en el que demostró tener técnica y físico para estar arriba.

Lo que tengo claro es que pase lo que pase el espectáculo está servido. Es lo que tiene el ciclocross. La cuenta atrás ha comenzado.

*Samuel Sánchez es ciclista del equipo BMC

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