Pello Bilbao: “Me motiva especialmente trabajar para Superman”

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Pello Bilbao formará parte del grupo que proteja a Superman López / © Facebook

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Con 95 días de competición y con sólo 672 kilómetros menos de competición en las piernas que Matej Mohoric (UAE-Emirates), que se puso un dorsal la misma cantidad de días que él, Pello Bilbao (25 de febrero de 1990, Gernika, Vizcaya) acabó la temporada 2017 como el segundo ciclista con más apariciones del pelotón World Tour. Pese a esa paliza, el vasco se muestra ansioso por comenzar la que será su segunda temporada en el Astana, equipo en el que aterrizó en 2017 después de tres campañas en el Caja Rural.



Asegura no estar especialmente cansado por esos casi 100 días de competición acumulados entre el 1 de febrero, cuando debutó en la Volta a la Comunitat Valenciana y el 7 de octubre, cuando puso punto y final al año en Il Lombardía. Sobre esa sobrecarga competitiva el gernikarra explica que “desde el principio cabía la posibilidad de correr dos grandes, que para mí iba a ser la primera vez que afrontase ese reto. Es verdad que el calendario se cargó un poco más de lo previsto en base a todos los problemas que hubo al inicio de año de lesiones y demás desgracias. Es verdad que, al final, tuve que cumplir con más días de los que me correspondían, pero no puedo decir que me haya ido mal. Creo que es, con creces, quizás 20 días más, el año que más he corrido y he podido terminar muy entero y con ganas, así que no es mala señal para mí”.

Vuelvo a tener confianza en mí mismo”

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Bilbao junto a Aru en la Vuelta / © Astana

Pese a que la programación de su temporada, inicialmente, pasaba por el doblete Giro-Vuelta, las cosas se complicaron mucho para Bilbao en la aproximación a la Corsa Rosa. “El Giro, al final, me llegó de rebote. Al principio de temporada estaba en la preselección, pero a cuenta de la caída en Abu Dhabi tuve algunos problemas y se me retrasó mucho la preparación. Ya pensando que no iba a ir al Giro metí un bloque muy potente de competición pensando que no iría a Italia y, finalmente, los últimos cambios que tuvo que afrontar el equipo [a causa de la muerte de Michele Scarponi, que iba a ser el jefe de filas de Astana en el Giro, N.d.A.] hicieron que volviera a entrar en el Giro. Creo que la preparación no fue óptima para llegar perfecto y la primera semana lo pasé mal. Salí de casa para las clásicas y encadené clásicas, Romandía y Giro y se me puso un poco cuesta arriba. A medida que pasaron los días me fui encontrando mejor y terminé la primera parte de la temporada en Suiza a un nivel bueno. Ese fue el momento en que vi que había llegado a mi nivel”.

Ese momento en el que el corredor alcanzó su mejor nivel fue, además de en términos de la temporada 2017, un punto de inflexión y de cierto relax en relación a toda su carrera después de haber tenido que buscar acomodo en Caja Rural, equipo PCT, tras la desaparición del Euskaltel-Euskadi, escuadra World Tour con la que comenzó su carrera. “La Vuelta a Suiza fue un antes y un después. Fue la carrera que me dio la confianza que me hacía falta. Cuando vienes de un equipo más pequeño tienes un calendario en el que tienes oportunidad de correr algunas carreras de World Tour como País Vasco, Catalunya o Vuelta a España, pero este año el 90% de las carreras que he hecho han sido World Tour. Estar corriendo a ese nivel todo el año es difícil al principio porque te tienes que adaptar al ritmo. Cuando lo conseguí, las cosas llegaron más rodadas”.

Necesitaba un gran cambio y por eso vine a Astana”

Bilbao volvió al World Tour en 2017 / © Brian Hodes

El regreso al World Tour no fue el único gran cambio para Pello Bilbao en 2017. Por primera vez en su carrera profesional (tres años en Euskaltel-Euskadi y otros tantos en Caja Rural) apostaba por enrolarse en un equipo extranjero, algo que “supuso un cambio radical que yo andaba buscando. No me apetecía seguir en la misma línea e irme a otro equipo de casa. Prefería cambiar de aires y tener nuevas motivaciones. Era importante cambiar por completo todo”.

Fue un cambio que, ahora que han pasado doce meses desde su primer contacto con la estructura kazaja, reconoce que “fue bastante complicado al inicio. Me encontré con muchos cambios de golpe. Todo era nuevo para mí y necesité de unos meses para ir cogiendo el ritmo, conocer a la gente, coger soltura con el idioma… Ahora ya me siento como en casa y a final de año ya no tenía ninguna duda de que mi sitio está aquí y que quería seguir en este bloque”.

Respecto al paso por Caja Rural, donde llegó desde el World Tour, Bilbao explica que “está claro que fue un paso atrás en mi carrera. Lo sabía, pero en ese momento era consciente de que podía ser bueno para mí dar un paso atrás y buscar más mis propias posibilidades y reivindicarme en un equipo en el que iba a tener más opciones. Eso fue lo que ocurrió y la libertad y el calendario que tenía en Caja Rural no lo tenía en Euskaltel y eso me hizo crecer en lo personal. Euskaltel me dio la opción de aprender el oficio y Caja Rural me ha dado la oportunidad de poder despuntar y sacar mis resultados para utilizarlos como escaparate y dar el salto de nuevo al World Tour”.

El Giro es el gran objetivo”

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Con todo el Astana en La Vuelta / © Facebook

Astana tendrá en Jakob Fuglsang y Miguel Ángel López a sus dos grandes líderes de cara a las vueltas por etapas. El colombiano se fijará, como explicó en exclusiva para Ciclo 21, el Giro como gran objetivo, una meta de la que Bilbao será parte importante. “Voy a estar en el bloque de Miguel Ángel”, adelante el gernikarra. “Hemos hecho cierta confianza entre los dos y en la pasada Vuelta a España hemos visto que el bloque junto a él ha funcionado bastante bien. Yo tengo una motivación especial para trabajar y conseguir grandes objetivos junto a él. Ese será también mi objetivo personal prioritario”.

Será un Giro en el que, a juicio del vasco, “Miguel Ángel no puede ir a buscar un top10. Tenemos que ir con planes más ambiciosos. Todavía queda mucho para llegar al Giro y por el camino pasarán muchas cosas. El año pasado teníamos todo organizado y tuvimos que ir con lo que teníamos. Es todavía pronto para pensar en cosas concretas, pero tenemos razones para ser optimistas”.

Pese a que la meta colectiva está clara, Bilbao no descarta poder contar con algún momento de lucimiento personal. “Creo que en las carreras de casa siempre nos exigen un poco más. Siendo conocedores del terreno y teniendo una motivación especial probablemente nos dejen un punto de responsabilidad especial y en alguna carrera como Catalunya o País Vasco el equipo querrá que esté en buen nivel. Los líderes no llegan a todo y el resto somos los que tenemos que cumplir ahí. El año pasado ya dí ese puntito para demostrar que en pruebas de una semana puedo estar a buen nivel y considero que el equipo puede tener la confianza en mí para esas pruebas”.

Tras la marcha de Nibali al final de 2016 y de Aru al finalizar 2017, Bilbao es consciente de que Astana vive momentos de transición. Recuerda que “2017 ha sido un año de cambio de mentalidad. De cambio en la manera de trabajar. Cambio de marcas. Todo eso supuso que perdiéramos algunos meses para volver a nuestro nivel, pero es algo normal en un proceso de adaptación”. En cuanto a la fuga de Aru, Bilbao piensa que se notará menos porque “este año ya vamos rodados. El equipo está formado desde el año pasado y las nuevas incorporaciones no han sido del nivel para sustituir a Fabio, pero sí para reforzar el bloque que tenemos. Han llegado algunos ‘gregarios de lujo’ que pueden reforzar mucho el equipo. Estoy seguro que este año o el que viene tendremos un líder capaz de estar en lo más alto”.

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