Rafa Valls: «Ya sé que puedo estar con los mejores»

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Valls en meta © G. W. / twitter

Valls en meta © G. W. / twitter

Fernando Ferrari / Ciclo 21

Rafa Valls Ferri (5 de junio de 1987 -27 años-, Cocentaina, Alicante) es un hombre nuevo, resucitado y reconfigurado. Una transformación lógica tras años irregulares, cercenados por lesiones, tendinitis rotulianas, caídas y fracturas que no le permitieron refrendar aquella victoria en el Mirador del Potrero, en el Tour de San Luis argentino, en 2010, vestido de Footon y en su segundo año como profesional -tras debutar con Burgos– y un notable Tour de Francia donde el talento de Sylvain Chavanel le privó de la gesta de apuntarse una etapa a sus entonces 23 años recién cumplidos.

Cinco temporadas después, Valls ya puede presumir de un maillot rojo de una prueba por etapas 2.HC, de una victoria de etapa en alto en Green Mountain, y de tener a sus lados -equivocados en el podio final- a nada menos que al estadounidense Tejay Van Garderen y a su compatriota Alejandro Valverde, dos corredores de pedigrí máximo. Y claro, las sensaciones del vencedor del Tour de Omán no pueden ser otras transcurrido el viaje y ya en su casa rodeado de su familia. «Contentísimo, satisfecho. Es para estarlo. Después de tantas lesiones, de pasarlo mal, de pensar en dejarlo, por fin ha venido la recompensa a estos cuatro años pasados. Ya tocaba un resultado así».

Y apunta a la clave de su éxito. «Sobre todo el haber tenido continuidad hasta el momento y sin contratiempos. Alargué la preparación del invierno y tuve más tiempo para entrenar mejor. Otros años iba a Australia  -en 2014 se cayó en el Down Under con fractura de húmero– y quedándome aquí he aprovechado más». Después de su abandono en el Tour por otra tendinitis, Valls estuvo en San Sebastián, Plouay, Québec, Montreal, el Mundial por equipos en Ponferrada, Il Lombardia y Pekín. Desde octubre a febrero tuvo para recuperar e incubar su doblete.

Por eso no se sorprende de su estado de forma en Omán, su segunda prueba en la temporada 2015 tras Dubai, pero sí de sus resultados. «Yo sabía que estaba bien, que podría estar entre los diez primeros por esa preparación acumulada, pero claro, ganar la etapa y la general ante estos corredores no lo pensaba, la verdad. El objetivo era empezar bien la temporada, pero no imaginaba tanto. La foto del podio está ya para enmarcar«.

Lampre apostó por él, le dio confianza y le situó como jefe de filas de la ronda arábiga. «En la segunda etapa Rui Costa perdió tiempo y como yo estaba bien, ya se decantaron por mí». Y ante la ausencia de televisión en directo, cuenta en primera persona cómo fue su día de gloria. «Fue el BMC el que impuso un ritmo duro para echar abajo la escapada y luego para intentar que Van Garderen ganara la etapa. Nibali atacó, pero lo neutralizaron. Después ya fue el propio Van Garderen el que se movió e hizo la selección definitiva».

El erróneo podio © ASO

El erróneo podio © ASO

Y llegó el momento decisivo y la reubicación de Valls en un escenario que no revivía hace 5 años. «A 1 kilómetro de meta nos quedamos los dos solos, mano a mano. Me quedé muy sorprendido de que se quedara Valverde y fue el momento en el que me dije que esto se pone muy serio. No se me podía escapar la victoria. Era una oportunidad que tenía que aprovechar al máximo. En el último kilómetro tenía que gestionar la carrera lo mejor posible. Arranqué a 700 metros de meta, lo más duro del puerto, pero a 500 levanté el pie para recuperar porque no me fiaba. Respiré, me cogió, pero le arranqué de nuevo a 300 metros y así gané». Y a partir de ahí se planteó la general. «Antes no, solo buscaba la etapa, pero a partir de ese instante ya había que buscar el segundo objetivo».

Una meta beneficiada indirectamente por la suspensión de la penúltima etapa por el calor y el viento. «El noventa y cinco por ciento de los corredores quisimos suspenderla porque era muy peligroso, sobre todo en la bajada del puerto del circuito final. Los tubulares se calentaban y reventaban y así no se podía. ¿Presiones de la organización? Sí que hubo, pero los «capos» del pelotón se negaron. A mí como líder me preguntaron y opiné lo mismo. Era imposible disputar así. Es la primera carrera que vivo su suspensión, así que una experiencia más. No sé lo que hubiera pasado de celebrarse, pero del puerto a meta había distancia suficiente como para no ver peligrada la general. El equipo estaba atento y yo me encontraba muy bien».

Valls reconoce que ahora piensa de otra forma. Omán es un antes y un después. «Claro que es un cambio para mí. Ésto es una motivación para seguir entrenando, tener más confianza conmigo mismo. El estar ahí con los mejores y ganarles hace que me dé cuenta de que ya sé que puedo estar ahí. Me siento un corredor con más resistencia, con más fondo ahora».

Y espera ascender dentro del organigrama del grupo de Copeland. «Algo subiré en el escalafón del Lampre. Pero tengo claro que Rui Costa es el líder del equipo y así será en la París-Niza, donde estaré con él. Está claro que si hay oportunidad la aprovecharé, pero dependiendo de él. Luego en carrera ya sabes que pasan mil cosas».

Y tras la Carrera del Sol, Valls -tercero en el TOP Ciclo 21– ya sabe que irá a la Volta a Catalunya, el tríptico de las Ardenas y Romandía. De grandes vueltas no tiene noticias. «A mí la carrera que más me gusta es el Tour de Francia y mi sueño es ganar una etapa, ya que no pude en 2010 ante Chavanel. Además volver a una gran vuelta es una especie de revancha personal por todo lo que me ha pasado. La motivación es muy grande, pero hay que esperar a lo que dice el equipo».

Una plantilla a la que ha llegado Rubén Plaza, casi vecino de Ibi, tras sus años en la estructura de Movistar y que fue partícipe del éxito en Omán. «Ha sido otra alegría para mí. Amplía el grupo y para mí es muy positivo porque entrenamos juntos, pasamos mucho tiempo compartiendo y aporta mucha experiencia al equipo. Un gran fichaje».

Preguntado sobre el Lampre 2015, opina que «quizás falta otra referencia como Rui Costa para las grandes vueltas. El año pasado tuvo problemas de bronquitis en el Tour y sí nos vendría bien otro corredor. Niemiec, por ejemplo, es otro corredor que lleva muchos años trabajando, fue sexto en el Giro 2013 ayudando a Scarponi y el año pasado ganó la etapa de los Lagos de Covadonga en la Vuelta. Aún le quedan muchos pasos todavía para consolidarse».

Y sobre el sancionado Diego Ulissi dijo que «no nos estamos enterando mucho de lo que pasa. Sé lo que sale en prensa y es algo que llevan entre el equipo y él».

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