Sagan quiere ganar Flandes y aprender en el «Infierno»

Sagan y su caballito en la meta de la Gante-Wevelgem

Sagan y su caballito en la meta de la Gante-Wevelgem

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Mientras en el levante español las flores de los almendros van dando paso a sus hojas verdes y los días se van haciendo poco a poco más largos como claro signo de la inminente llegada de la primavera, los aficionados al ciclismo seguimos otro calendario de estaciones. Similar, eso sí, pero con las fechas algo trastocadas. Oficialmente, la primavera dará comienzo en España a las 17:57 del próximo día 20 de marzo, pero para los amantes del ciclismo lo hará el próximo día 1 de marzo cuando se dé el banderazo de salida al Circuito Het Nieuwsblad. En Ciclo 21 llevamos ya algunos días calentando motores y analizando las opciones de los grandes nombres que deberían de brillar en la primavera. Los Tom Boonen, Fabian Cancellara, Lars Boom o Zdenek Stybar son algunos de los que más suenan. Evidentemente, a la hora de hacer pronósticos de cara a las carreras adoquinadas tan típicas de esta época no podía faltar Peter Sagan.

Con sólo 24 años el corredor eslovaco atesora un palmarés impropio para su juventud. Cuatro etapas del Tour de Francia, tres victorias parciales en la Vuelta a España, otras tantas en Tirreno-Adriático, Gante-Wevelgem y así hasta sumar 55 triunfos como profesional conforman un botín que para sí lo firmarían muchos corredores mucho más veteranos. Pero para el de Cannondale no es, ni mucho menos, suficiente. Su próximo gran reto no es otro que conseguir su primer monumento este mismo año. Para ello tiene clarísima su preferencia: la Vuelta a Flandes.

Su desafortunado gesto en Flandes © twitter

Su desafortunado gesto en Flandes © twitter

La impulsividad de la juventud sigue siendo, a la vez, su gran arma y su talón de Aquiles. Ese ímpetu es el que le lleva a ser capaz de brillar a lo largo de toda la temporada asombrando a propios y extraños y, al mismo tiempo, protagonizar polémicas como los impropios tocamientos en el podio de la Vuelta a Flandes del pasado año o sus excéntricas celebraciones al ganar alguna carrera.

Sagan quiere un Monumento y lo quiere ya. Si por él fuera, la cosa está clara. “La Vuelta a Flandes es la carrera más bonita. Amo esa prueba. Me encanta su ambiente. Es fantástico”. El eslovaco es consciente de que “también la mítica y lo impredecible de la París-Roubaix me llama mucho, pero por ahora va a seguir siendo un test. Quiero comprobar cuán lejos puedo llegar en el Infierno. Sólo tengo 24 años y no tengo nada que perder en esas clásicas. Todo lo contrario de lo que sucede con Boonen o Cancellara, para los que cada vez quedan menos oportunidades. En ese sentido, comienzo con mucha menos presión que ellos”.

Pese a ese aparente tranquilidad que quiere reflejar con sus palabras, el carácter ganador y batallador de Peter Sagan acaba saliendo a la luz. El de Cannondale estará “en la Milán-Sanremo con o sin la Pompeiana. Mi equipo es lo suficientemente potente para estar bien en ambos casos”.

Su camino hacia las dos grandes clásicas de adoquines ya está cerrado y si no hay cambios de última hora, además de La Primavera, Peter Sagan (que ya ha disputado Tour de San Luis, Dubai y Omán) será de la partida en el GP Camaiore, Strade Bianche, Tirreno-Adriático, E3 Harelbeke y Gante-Wevelgem. Tras estas carreras llegará su gran momento en ‘De Ronde’, una prueba “que lo tiene todo. El ambiente, el recorrido, la reputación, la historia… De mi se suele decir que el recorrido de cada clásica me viene bien y, en principio, es cierto en parte, pero la combinación se adoquines y subidas que me brinda la Vuelta a Flandes no la encuentras en ningún otro sitio y eso es lo que hace tan grandes mi ganas de ganar algún día esa carrera”.

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