Sarah Gigante: «Quiero mejorar mi explosividad»

Gigante, en la concentración 2022 de Almería © Sprint Cycling Agency

Redacción / Ciclo 21

Una larga y agradable conversación con la joven corredora australiana Sarah Gigante pone luz sobre su difícil recuperación de 2021 y los objetivos que se marca para un 2022 que le vio debutar la pasada semana en Nokere y Binda.

“Ha sido una enorme alegría poder volver estos días a la competición. Volver a ponerle los imperdibles a los dorsales, meterte en la rutina de carrera con las compañeras, el reconocimiento, revisar el recorrido, la reunión pre-carrera… para mí son emociones muy bonitas. «A esto es a lo que me dedico», pensaba. «Para esto había estado entrenando tanto tiempo»«.

«Nokere claramente no es el tipo de carrera que me vaya bien, y además fue bastante caótica, seguramente la carrera con más caídas que recuerde. Ya antes de que empezase la cobertura de televisión tuvimos las dos montoneras más grandes que he visto nunca. Lo único que quería era salvar el día, llegar a meta sin percances. Sé que un punto que tengo que trabajar es la colocación, el equipo también lo quiere así, y ya desde Binda he puesto esfuerzos en ello. Binda era la primera carrera europea a la que venía habiendo competido ya y sabiendo lo que había. Es un tipo de carrera muy impredecible, nunca sabes cómo va a terminar y es, además, un tipo de esfuerzo muy distinto al de Bélgica, más cercano a lo que vivo en Australia, sin pavé (ríe), más cómoda y que disfruté más».

«Esos días después de los Juegos Olímpicos en que tuve que parar e ir al hospital fueron los peores de mi vida, jamás había pasado tanto miedo. No sabía que pasaba, no sabía tampoco ni una palabra de castellano… Lo único que sabía es que me dolía mucho el pecho, una sensación nada agradable. Pensaba que me estaban dando infartos. Era una preocupación enorme. Y eso que, los primeros días, simplemente estaba triste porque me estaba perdiendo la Vuelta a Noruega, que llegaba Ardèche y la forma física se me había ido por completo… Entonces vino cuando supe lo que tenía, y pasé de ‘Bueno, me pierdo unos días de carrera, y ya, es una mierda’, a ser consciente de lo que me venía encima (miopericarditis). Es un alivio enorme estar aquí y tengo que recordarme a cada momento que ahora ya puedo volver a darle a los pedales todo lo duro que quiera, después de todo lo que he tenido que sortear estos meses».

En la salida de su debut de 2022, la Nokere Koerse © Sprint Cycling Agency

«He tenido que estar cinco meses con el pulso por debajo de 100ppm, desde el momento en que pude dejar el hospital hasta final de año. Me subía a la bici eléctrica o hacía Zwift y apenas podía pedalear. Me acuerdo que tenía que subir las escaleras de mi casa, llevaba un reloj inteligente para poder medir las pulsaciones en tiempo real, y me tenía que parar… ¡a los cuatro escalones! Es un contraste brutal: estás en los Juegos, y a los pocos días o semanas no puedes ni subir las escaleras, tienes que estar 10 minutos para llegar a casa. Hacer ejercicio cada día es lo que más felicidad me da en la vida, me encanta la bici, empujar mis límites… y ahora tenía que tumbarme, ver cómo mis músculos se iban desvaneciendo, que se iba todo al traste tras muchos esfuerzos. He echado mucho, mucho de menos la bici. La incertidumbre ha sido lo peor de estos meses. Me he tirado casi medio año sin poder entrenar, y lo peor es que no sabía qué iba a pasar tras esos meses. Confirmar que mi corazón estaba bien, recuperado, tras todo aquello fue el mayor alivio que he tenido nunca».

«Nunca me había puesto nerviosa a la hora de ir a entrenar antes de la concentración de Almería en enero. Aquel primer día con el equipo fue de mucha preocupación. Yo venía de que, en las últimas salidas que hice en bici en Australia antes de volar a España, todavía tenía un límite: 150ppm. Y de repente, en Almería estaba pasando un test de lactato. ¡El primero de mi vida! Iba pensando: «¿Mi cuerpo va a explotar?» (ríe) Al final me lo pasé muy bien y también di buenos datos. Por fin podía cerrar el círculo. Incluso después de haber corrido los Juegos y haber firmado con un equipo como el Movistar Team, lo mejor de todo, ‘el momento’ de verdad, fue ese día».

«Aquí en el equipo de verdad te sientes como que es una gran familia. Ya cuando venía hablando con Sebastián (Unzué) el año pasado antes de firmar con el equipo, siempre me hablaba del buen ambiente y del sentido de familia. Y tenía razón, era verdad. Aquí todo el mundo cuida de los que tiene alrededor. Y no es solo los corredores, y no es solo el equipo femenino ni el masculino. Todo el mundo mira por el otro. La gente intenta ser feliz y hacer feliz a los demás. Me da alegría y fuerza para seguir trabajando, ¡incluso si aún tengo la barrera del idioma

El test de lactato de Gigante durante la concentración de Almería © Sprint Cycling Agency

«Cuando firmé en julio estaba muy metida con los exámenes de la universidad y preparando los Juegos, y ponerme con el castellano era muy difícil. Además, viviendo en Girona, intentar practicar español se hace más difícil, porque siempre estás rodeada de australianos, estadounidenses y gente que solo habla inglés. Cuando pasaron esas semanas de estar realmente enferma, viendo que iba a tener mucho tiempo que rellenar porque no estaba pudiendo entrenar -qué frustrante era ver caer las cifras del TrainingPeaks o que mis músculos se fuesen-, tenía que buscar la forma de llenar el tiempo y la cabeza. Ponerme con el castellano fue una forma de ganar tiempo, conocimiento y pasar ese trance».

«Todo en mi vida ha sido ciclismo y estudiar, y en cierta medida y hasta el momento las carreras han sido como un hobby para mí. Ponerme a aprender español, como digo, fue una forma bonita de poder lidiar con la incertidumbre de no tener carreras a la vista. El año pasado, por cierto, pasé de hacer jornada completa en la universidad a solo asignaturas sueltas, lo que me ha facilitado poder poner más energías en la bici. Pero la ‘uni’ es algo que disfruto mucho, porque es una forma de romper con la rutina de la bici. No podría estar todo el día pensando en bicis. Necesitas esa distracción, marcarte esos objetivos en la cabeza. Cuando las cosas en carrera no van bien, ayuda mucho ir a casa y poder tener otro foco distinto, algo en lo que también puedes sobresalir».

«Lo mejor de haber podido firmar esos tres años con el equipo es tener todo ese tiempo para aprender de gente fuerte y experimentada como la que hay en este grupo. En particular, aprender de Annemiek es uno de los motivos por los que firmé por el equipo. Mi principal objetivo aquí es aprender todo lo que pueda. Ojalá que en el futuro podamos decir que me he convertido en una gran vueltómana y contrarrelojista, como lo es ella».

Con Norsgaard, Aalerud, Biannic y Van Vleuten en el Circuito de Almería © Sprint Cycling Agency

«No sé exactamente el calendario que voy a hacer, pero me gustaría poder llegar a un primer pico de forma a finales de abril para hacerlo bien en Ardenas, y también en las carreras españolas de mayo. Después, en verano, sí que me gustaría poder correr una Gran Vuelta, sea Giro de Italia o el Tour de Francia, la que me toque. Obviamente, con la novedad y lo histórico que supone el Tour, me encantaría correr en Francia, pero estaré contenta con la que sea. Igual por recorrido me va más el Giro, pero lo llamativo que va a ser el Tour, como lo fue la París-Roubaix el año pasado, hace que todas tengamos ganas de ir. A finales de año también estarán los Mundiales sub23, además en casa. ¡Tengo ganas también!»

«Hay mucho en lo que puedo mejorar. Las carreras en Europa son muy diferentes a lo que estoy acostumbrada, y básicamente no tengo nada de experiencia en ellas de momento. Ir en el pelotón todavía es algo a lo que me tengo que acostumbrar, y necesito tiempo y práctica. En cuanto a habilidades físicas, nunca voy a ser una sprinter, pero cuando fiché por Movistar Team, coincidimos equipo y yo en que tenía que trabajar la explosividad, esos esfuerzos cortos de cinco minutos que tan importantes son en ciclismo femenino. Si tengo una subida de una hora por delante, voy tan feliz, pero es que apenas hay de eso en el calendario. El reto y el objetivo para mí es tener más explosividad, tener la oportunidad de disputar carreras contra otras corredoras en finales apretados, pero sin perder mi esencia y espíritu como escaladora y contrarrelojista»».

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