Scarponi: «El Giro 2011 es mío, pero nunca lo he celebrado»

Michele Scarponi © Astana

Michele Scarponi © Astana

Si no una misión imposible, casi. Para Michele Scarponi, 34 años y 11 temporadas como profesional, 2014 se presenta como un año para vivir a cien por hora. El Astana lo ha fichado para confiarle una doble tarea especial: hacerlo bien en el Giro (es decir ganar o luchar para la victoria hasta Trieste el 1 de junio) y ser el gregario de Vincenzo Nibali, en el Tour de Francia. Michelino, como todos le llaman, no pierde la sonrisa y dice: “Si va bien… será una temporada dura”, declaró en la entrevista que dio a La Gazzetta dello Sport.

-Tiene dos grandes compromisos. ¿Qué prioridades tiene?

-Astana me ha buscado principalmente para echar una mano a Vincenzo en el Tour, que es el principal objetivo de todo el equipo. En Francia, la gran empresa. Después me han pedido una buena clasificación en el Giro.

-Buena clasificación es un término un poco ambiguo.

-Cierto. Sobre todo si tenemos en cuenta que es la escuadra que ha ganado el último Giro. Tendré que estar siempre con los mejores, algunas veces delante. Pero salgo muy motivado y con la tranquilidad de haber disputado siempre buenos Giros.

-En el Tour, no teniendo que preocuparse por la clasificación, podrá tomarse algún día de relax relativo. Pero el compromiso sigue siendo muy alto. ¿Cómo piensa llevarlo a cabo?

-Lo más importante es creer firmemente en mis propias posibilidades. Después hace falta mucha motivación. Y yo tengo las dos cosas. No veo la hora de correr con y para Astana. Habrá altibajos, pero creo que es la mejor elección que se podía haber tomado.

-De acuerdo por las motivaciones, la cabeza y el resto. Pero en bicicleta hacen falta sobre todo las piernas, músculos, energía. ¿Qué programa hará en primavera para estar a tope en mayo y julio?

El 8 de enero estaré en Rezzato (Brescia) para la presentación del equipo. El 10 salgo para Argentina, donde del 20 al 26 debutaré al lado de Nibali en el Tour de San Luis. Después correré Ruta del Sol, Tirreno-Adriático, San Remo y Trentino antes del Giro. Un mes de descanso e iré a Francia. En este programa añadiré períodos de entrenamiento en altura, en Tenerife y en Italia.

-Tirreno y San Remo podrían ser objetivos prestigiosos…

¿Éstos también?… (sonríe, ndr). Entonces me queréis matar. La Tirreno-Adriático llega en un período en el que normalmente estoy en buena forma y a menudo la he corrido bien (victoria en 2009, ndr). San Remo me incita, pero no conozco el nuevo final con la Pompeiana. Gasparotto me ha dicho que la nueva subida es dura.

-Tiene en casa el trofeo del Giro de Italia 2011, que le fue asignado tras la descalificación de Contador. ¿En el fondo considera el trofeo como suyo?

-Ese Giro es mío, pero nunca lo he celebrado. Tengo el símbolo, pero me falta todo lo que hay antes, durante y enseguida después, es decir las emociones de la victoria. Ganar en la carretera es mi sueño, pero los años pasan. Yo me entreno y me preparo para esto. Todavía tengo esperanza.

-En Astana ha encontrado un nuevo entrenador y nuevos métodos. ¿Cómo se encuentra?

-Paolo Slongo es una persona preparada, competente. Vamos, una garantía. Tengo mucha fe en esta colaboración. Cada vez que cambias de preparador descubres aspectos nuevos que quizá en años precedentes habías infravalorado. Con él estoy trabajando más sobre la agilidad, que nunca ha sido mi punto fuerte. Después hemos trabajado mi posición de crono, también con pruebas en pista: toda una novedad para mí.

-¿Cómo está el ambiente en el equipo kazajo?

-Muy bien. Tras la toma de contacto en Montecatini, la reunión de diciembre en Calpe ha sido de mucha utilidad para que todo encaje bien.

-Hasta ahora, excluyendo Florencia, a Nibali siempre lo ha visto de lejos y como un rival. Pero, de cerca, ¿cómo es Vincenzo?

-Como corredor acaba de entrar en una nueva dimensión que podría aumentar por el maillot amarillo. Le gustan los retos, sobre todo en las carreras importantes. Como hombre tiene la cualidad de ser lo que se ve: fuerte, tranquilo, con los pies en tierra y despreocupado. Uno que no se da aires.

Un comentario

  1. Si yo fuese Scarponi, ese trofeo no lo querría. Una cosa es la descalificación por positivo, cosa que sucedió en el Tour de 2010, otra es que te ganen bien ganado y luego…

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