¿Somos demasiados injustos o rigurosos con Valverde?

Tercera de Valverde © Fran Reyes

Valverde en Andalucía © Fran Reyes

Con la disputa ayer de la Lieja-Bastoña-Lieja se daba por finalizada la primera parte de la temporada, aunque la vida siga con otras competiciones que nos conducen al ya inminente Giro de Italia. Y entre los más destacados de este ‘tercio’, sin duda el nombre de Alejandro Valverde, que ha completado esta primera parte de su calendario con ocho triunfos, siendo el corredor más laureado de lo que llevamos de campaña.

En su haber, una prueba de máximo prestigio como La Flecha Valona, otra carrera internacional al alza, la Roma Máxima –con ‘panache’ incluido-, una vuelta por etapas, adornada por tres triunfos parciales, Andalucía, y dos clásicas españolas, Murcia y Miguel Indurain. Pero, además, segundo puesto en la LBL, cuarto en la Amstel –lo que le ha llevado a ser el más regular en ese pésimamente llamado ‘Tríptico de las Árdenas- o tercero en Strade Bianche.

Sin embargo, en estos primeros meses, Valverde ha sido más protagonista en los medios por lo que no ha podido llegar a hacer que por lo que realmente ha hecho. Vaya por delante mi opinión, tampoco demasiado original, de que el murciano ha dejado demasiadas ‘balas’ en su camino por brillar en el Tour de Francia –la Vuelta a España es otra historia, no me vale como comparación-, desaprovechando la ocasión de haberse labrado un palmarés impresionante en las clásicas. Incluso en algunas como las de pavés que no le hubieran ido mal, visto su ‘aprendizaje’ en este 2014. Pero también mi admiración por Alejandro, un corredor completo donde los haya y cuyo principal fallo no es la cabeza, como algunos critican –aunque en ocasiones haya sido verdad-, sino el corazón: es demasiado bueno, a veces le falta mala leche, instinto asesino. ¡Y eso que pisa el podio con frecuencia!

Comparto las críticas que se le hicieron camino de Siena, donde pudo hacer mucho más que ese tercer puesto, por mucho podio que signifique. ¿Pero realmente se le puede reprobar por el cuarto lugar en Valkenburg o el segundo en Lieja? Todos queremos más… pero ¿no será que somos demasiado injustos o rigurosos con él?

Por otro lado, también le han caído palos por estar presente con demasiada frecuencia en las carreteras españolas renunciando a competiciones internacionales. Personalmente, yo no hubiera renunciado a la San Remo, incluso tras haber visto el desenlace, pero su simple presencia -y ya no digo en el podio- en Andalucía, Murcia o Estella, por ejemplo, es mucho más importante para el ciclismo español que correr otras pruebas secundarias –incluso alguna ProTour más de nombre que de otra cosa- en el extranjero. Que nadie se le olvide este ‘detalle’ del murciano con los organizadores españoles que tantas penurias pasan y que otras de nuestras figuras no muestran. Y algo que se dejará sentir en los próximos años si culmina la reforma del World Tour en los términos temidos.

Uluru, el blog de Luis Román-Mendoza

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