Análisis: Sprinters, siempre bajo la lupa

Greipel_Amiens

Greipel (centro) volvió a batir a Sagan (derecha) y Cavendish (izquierda)

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Tras cinco etapas realmente emocionantes, el Tour de Francia parece haber encontrado a su hombre más rápido. Con dos triunfos y con el jersey verde de líder de la clasificación por puntos, esa que se disputan siempre los hombres más rápidos para subir al podio final de París, Andre Greipel (Lotto-Soudal) parece estar un pasito por delante de sus rivales a pesar de que ayer, tras levantar los brazos en Amiens, aseguraba que “pese a todo, no me encontraba al cien por cien”… ¡pues menos mal!, debió de pensar alguno.

En el ciclismo, como en todos los deportes, hay corredores que dependen más que otros de sus propios resultados. Para la gran mayoría, la consecución de una victoria de etapa o el triunfo en la general no es una exigencia para que sus patrones se planteen una renovación de contrato, los grandes nombres –y, por lo tanto, los mejor pagados– sí mantienen siempre esa espada de Damocles sobre sus cabezas. Pueden pasar una temporada mostrándose como los más fuertes, pero si no consiguen rematar la faena, nada habrá servido. Un claro ejemplo de ello puede ser –veremos lo que ocurre con él– el de Sep Vanmarcke en las clásicas de primavera.

En el caso particular de los sprinters del Tour, toda esa presión aumenta exponencialmente. Andre Greipel, Mark Cavendish y Peter Sagan son, por este orden, los llamados a dominar las llegadas masivas y sus declaraciones (y las de su entorno) tras la etapa de Amiens, una de las últimas oportunidades que les ofrece esta edición de la Grande Boucle son una clara muestra de la enorme presión a la que son sometidos diariamente.

Greipel: “Es una pena que suba solo al podio”

André Greipel, el alemán del Lotto-Soudal, está pletórico. Sabe que su trabajo esta temporada está más que justificado con los dos triunfos del Tour de Francia (a los que hay que sumar, entre otros, una etapa en el Giro de Italia). “No me preocupa el maillot verde. El equipo ha venido a conseguir etapas y estoy centrado en eso”, aseguraba el alemán. “Ahora ya tengo más etapas que Jan Ullrich [ocho triunfos por los siete del archirrival de Armstrong]. Es una pena que tenga que subir solo al podio porque mi equipo está a un súper nivel. Todavía quedan algunas opciones a lo largo de este Tour, pero ya estoy muy contento con mis dos etapas”.

Con la tranquilidad de haber cubierto el expediente en cuanto a victorias de etapa, el alemán puede permitirse el lujo de pensar, aunque no le preocupe, en el maillot verde. “Estoy muy contento de poder llevarlo sobre mis hombros ahora, pero el Tour es muy largo. Sagan está muy cerca y tendrá buenas opciones de conseguir sumar puntos en etapas accidentadas donde yo no pelearé por ellos. Iremos viéndolo día a día”.

Cavendish: “Quizás quieras correr tú la etapa”

El que tendría que haber sido su gran rival durante este Tour, Mark Cavendish, no se ha mostrado excesivamente competitivo hasta ahora. El velocista británico del Etixx-Quick Step se ha tenido que conformar con la tercera plaza de ayer como su mejor resultado, algo que sumado a la inseguridad sobre el futuro en el equipo y al siempre irascible carácter del de la Isla de Man, convierten cualquier comparecencia ante los micrófonos en un espectáculo no siempre edificante. “La noticia no debe de ser que me han vuelto a ganar”, disparaba Cavendish a los periodistas tras el final de la etapa de ayer. “La noticia es que Greipel ha vencido”, intentaba así despistar la atención sin entender, aparentemente, que ser uno de los mejores velocistas del pelotón del Tour de Francia hace que uno sea noticia tanto los días que consigue levantar los brazos como los que no lo logra.

Su humor no parece ser el mejor y cuando la pregunta giró hacia la aparente falta de ataques entre los aspirantes al podio de París, Cavendish se revolvió contestando que “quizás quieras intentar correr tú la etapa”. Puro Cavendish.

Pero los problemas para el británico no se quedan ahí. Sin la renovación firmada, Patrick Lefevere parece estar cansándose de él. “Tiene que ser capaz de demostrar que sigue siendo el sprinter más rápido del mundo”, abría el fuego el belga. “El Tour tiene una gran exposición a todos los niveles. Tiene que ser capaz de ganar aquí. No seamos tontos, tiene que ganar. Primero, por él mismo, pero también por el equipo”. Estas palabras, unidas a las que ya comentamos ayer y en las que aseguraba que estaba dispuesto a concederle a Tony Martin su deseo de correr junto a Marcel Kittel (al que los rumores sitúan muy distanciado de su equipo por su no inclusión en la lista de la Grande Boucle) podrían significar muchas cosas.

Sagan: “Mi única preocupación es proteger a Alberto”

Y, tercero en discordia, encontramos a Peter Sagan. El caso del eslovaco del Tinkoff es, si se quiere, relativamente distinto al de sus dos rivales, aunque con un patrón como Oleg Tinkov nunca se sabe qué se puede esperar. Ya ha sido dos veces segundo y una vez tercero, pero estos resultados, al contrario de lo que ocurre con sus compañeros, hay que ponerlos en perspectiva. Greipel corre rodeado de un equipo cuyo único objetivo es conseguir etapas con el alemán. Está arropado y eso se nota. Cavendish, por su parte, ha sido víctima ya de un error táctico de su equipo, pero no puede quejarse de falta de ayuda. Ayer, en Amiens, vimos como hasta todo un líder del Tour de Francia, Tony Martin, se ‘rebajaba’ a trabajar duramente para él. Sagan, sin embargo, se ha metido a disputar los finales de etapa con ‘una pierna atada’: primero porque ha tenido que trabajar, ¡y de qué manera!, a favor de Alberto Contador (que ya ha reconocido públicamente la entrega del eslovaco a su causa) y, segundo porque nadie de su equipo está para ayudarle en los metros finales. “Lo tengo que hacer todo yo solo”, reconocía sin síntomas de reproche el líder de la clasificación al mejor joven.

Reconoce Sagan que “mi objetivo no es el maillot verde ni conseguir victorias. Mi preocupación es proteger a Alberto Contador y estoy muy contento de que haya conseguido acabar la jornada sin percances. El amarillo es lo más importante para nuestro equipo. Corremos todos por y para Alberto”.

Pero Sagan es un corredor con un gran hambre de triunfo y por ello reconocía que hoy en Le Havre espera poder hacerlo bien. Sabe que se trata de una meta ideal para un corredor de sus características y reconocía que “voy a hacer todo lo posible y poner todo de mi parte para conseguir acabar lo mejor posible”, decía a la vez que, pensando en clave de futuro –llegará un momento, tras la primera semana, en el que los escuderos de Contador en las cuestas deban de ser otros– que “el maillot verde no está perdido. Sólo llevamos cinco etapas del Tour”.

Kristoff: “Ya no puedo pelear por el maillot verde”

A Alexander Ktristoff, gran dominador de las clásicas de primavera, es otra canción la que le canta. Él ya ha justificado con creces su temporada. No tiene mucho que demostrar si de motivar su presencia en el equipo de cara a futuras campañas hablamos, pero el noruego venía al Tour con la ambición de conseguir algo grande en esta primera semana que le parecía tan propicia y, por el momento, no ha conseguido nada. Su cuarta plaza de ayer ha sido su mejor actuación, algo de lo que evidentemente no está contento, aunque explicaba que “ha habido muchas caídas y yo perdí a dos de mis hombres a falta de 20 kilómetros para la meta. Estuve cerca de irme al suelo yo también, pero pude esquivarlo. Al final, me quedé sin lanzadores”.

El ganador de la Vuelta a Flandes explicaba, en relación al único sprint que ha sido capaz de disputar este año, que “tuve que buscarme la vida yo solo. Conseguí colocarme bien, pero me encontré demasiado pronto al frente de todos. En el viento. No tenía ninguna rueda que seguir, así que tuve que lanzar yo el sprint. En cualquier caso, la llegada era en ligera subida y quedarme tan pronto contra el viento me quedé sin opciones”.

Sin poner excusas, Kristoff se descartaba en la lucha por objetivos mayores. “El maillot verde no es un objetivo. Ya no puedo luchar por él. Estoy demasiado lejos”, admitía.

Cuatro sprinters. Cuatro sensaciones. Cuatro maneras distintas de ver las cosas. Y, sobre todo, cuatro hombres que deben de lidiar día a día con la presión de saber que todos esperan de ellos que levanten los brazos. Por el momento, Greipel ha cogido ventaja en el tanteador, Cavendish parece algo fuera de forma, un poco más irascible de lo habitual y demasiado cuestionado por su entorno; Sagan, reconocido por todos como uno de los ‘hacedores’ de la buena semana que lleva su compañero Alberto Contador, no es descartado por nadie para, al fin, reeditar un triunfo de etapa en el Tour que se le escapa desde el 5 de julio de 2013 en Albi y Kristoff no parece ser capaz de encontrar el golpe de pedal que le llevó a dominar con clarísima autoridad la temporada de clásicas primaverales.

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