Superprestigio Gieten: Hasta lesionado, Van der Poel

Van der Poel no tuvo rival en Gieten / © PN

Nicolás Van Looy / Ciclo21

No madrugó más que otras veces. Tampoco retrasó su llegada al circuito respecto a lo que suele ser su costumbre. Mientras el circuito de Gieten iba cobrando vida a medida que se disputaban las carreras de las categorías inferiores y el público iba llegando al trazado neerlandés, Mathieu van der Poel (Corendon-Circus) iba probando su maltrecho tobillo que ayer, en Lokeren, amenazó con poner en serio peligro toda su temporada invernal.

Sin fracturas en la articulación, Van der Poel quería probarse durante el reconocimiento al circuito antes de tomar la decisión definitiva sobre su participación en la primera puntuable del Superprestigio, que tras 37 ediciones ya disputadas es la challenge más antigua de cuantas se disputan en el calendario internacional de ciclocross.

Algo tuvo que ir muy bien en ese calentamiento porque el campeón de Europa sonreía cuando confirmaba que sí iba a tomar la salida. Y ese algo se confirmó a las primeras de cambio de una carrera que, como fue norma en el invierno que nos llevó de 2017 a 2018, se convirtió en un nuevo monólogo del nieto de Raymond Poulidor.

Fue Toon Aerts (Telenet-Fidea Lions) el que entró en cabeza al circuito. El de Amberes, sin embargo, se fue al suelo al negociar una de las primeras curvas, momento que aprovechó el campeón del mundo, Wout Van Aert, para colocarse al frente de la carrera y acelerar hasta dejar atrás a todos sus rivales… excepto a su gran némesis, Mathieu van der Poel.

El gran dominador del barro se colocó a rueda del maillot arcoíris durante apenas un par de centenares de metros para, viendo que sus piernas podían dar un puntito más a esa batalla, colocarse por delante, acelerar y marcharse ya de forma definitiva. Y todo eso, en apenas vuelta y media.

La carrera, al menos en lo que a la pelea por el triunfo se refiere, había terminado. Si algún aficionado despertaba de una larga siesta en medio de esa demostración de fuerza de Van der Poel y no sabía nada de lo sucedido ayer en Lokeren, iba a resultar muy complicado convencerle que el tobillo de ese portento parecía, hace sólo 24 horas, más cerca del quirófano que de una bicicleta.

Van Aert, incapaz e impotente, no pudo más que claudicar y dedicarse a lo que se ha venido dedicando los últimos doce meses (con permiso de aquella tarde mágica de Valkenburg a principios de febrero): esperar un fallo de su gran rival mientras mantenía lejos al resto de corredores, esos que forman el pelotón de los mortales.

Lo triste de todo esto es que, mediada la carrera, Van der Poel sacaba ya más de medio minuto a un Van Aert que, por su parte, sacaba otro tanto al grupo que peleaba por la tercera posición. Es tan enorme la superioridad de los campeones continental y mundial (y tan abrumador el dominio del primero), que el escaso público presente hoy en Gieten (es jornada electoral en Bélgica, donde el voto es obligatorio, lo que provocó la ausencia de buena parte de los habituales de los circuitos) no pudo más que conformarse con tratar de emocionarse con la lucha por el bronce.

Aniquilada la competencia, sólo los números aguantan ya el empuje de un Van der Poel que ha igualado hoy los 20 triunfos de Richard Groenendaal en carreras del Superprestigio y se coloca a una victoria de la marca de Roland Liboton, segundo en esa clasificación histórica en la que Sven Nys puede seguir respirando tranquilo con sus 64 carreras ganadas.

Van Aert sigue peleando contra sus fantasmas y la impotencia desde el segundo lugar del podio mientras que Toon Aerts terminó como el primero de todos los demás.

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Worst, la única que puede con Vos

Worst, ganadora en Gieten / © PN

Marianne Vos, la eterna corredora neerlandesa, mandó un claro aviso nada más darse la salida. La siete veces campeona del mundo de la especialidad invernal se colocaba en cabeza y, con un ritmo realmente duro, trataba de poner tierra de por medio con todas sus rivales.

En un primer momento, sólo Loes Sels (Pauwels Sauzen-Vastgoedservice) pudo seguir su ritmo, pero una inoportuna avería la relegó a posiciones muy retrasadas obligándola a una remontada que, ya en la parte final, acabaría costándole el podio.

La que sí estuvo muy atenta fue Annemarie Worst (Steylaerts 777), que supo reaccionar a tiempo y soldarse a la rueda de Vos que, confiada, parecía estar jugando con su rival estudiando el lugar adecuado para, como tantas veces ha hecho en su carrera, lanzar su cambio de ritmo definitivo.

Lo intentó la veterana neerlandesa en un par de ocasiones, pero su compatriota, sólo 22 añitos, se mostró mucho más fuerte de lo que aparentaba en un principio y no sólo aguantó las embestidas de Vos, sino que fue ella la que, a poco más de dos vueltas para el final, protagonizó el cambio de ritmo definitivo para marcharse en solitario por delante sentenciado de forma definitiva la carrera.

Vos acusó el golpe y vio como Loes Sels, Alice Marie Arzuffi (Steylaerts 777) llegaban a su altura. Tocada, pareció no poder responder a un acelerón, ya dentro del penúltimo giro, de Arzuffi e incluso amagó con dejar marchar a Sels, pero la neerlandesa estaba midiendo muy bien sus fuerzas y acabó por neutralizar a sus dos rivales para, ya en la recta de meta, sprintar hasta la segunda posición en una pelea en la que Sels se quedó sin premio al verse superada por Arzuffi en la disputa de la tercera posición.

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