Tadej Pogačar: intrahistoria del ‘NO’ a la Vuelta 2025

Tadej Pogacar atendió a los medios durante el pasado Tour de Francia c) ASO

Jorge Matesanz / Ciclo 21

Nunca se ha reconocido por parte de la organización (aunque tampoco se les ha preguntado), pero existe la creencia de que conseguir la ansiada presencia de Pogačar en La Vuelta ha guiado la elaboración de un recorrido bastante peor afeitado que en ocasiones precedentes. Se corresponda o no con la realidad, pese a los indicios, la no participación del astro esloveno ha supuesto un jarro de agua fría para la tercera grande, que contaba con la gran estrella del ciclismo mundial para dar lustre a su 80ª edición.

Los rumores y las certezas han estado barajándose desde el mismo día de la presentación, allá por el mes de diciembre, más verosímiles cuando UAE confirmaba que Tadej no iba a defender el dorsal uno en el Giro de Italia. «A partir de ahora, vamos a hacer dos grandes por temporada», se cansó de decir Matxin tras el doblete de 2024. Blanco y en botella, leche, pensarían desde Unipublic, amén de la información directa que tuvieran o las negociaciones que pusieran en marcha.

Pero el ciclismo poco tiene que ver con las matemáticas, y la temporada es demasiado larga. Que La Vuelta se celebre a caballo entre agosto y septiembre es al tiempo una ventaja y un inconveniente. La «startlist» de 2025 se ha resentido notoriamente por motivos de enfermería, pero también por el vaivén de ciclistas que cambian de bando. Y ya se sabe lo que pasa, como en el caso de Roger Adrià, comprometido con Movistar y castigado sin Vuelta por parte de Red Bull. Sí es cierto que la carrera recoge habitualmente a esa parte del pelotón que no ha cumplido los objetivos a lo largo de la campaña por uno u otro motivo. Celebrarse sin el riesgo de poner en peligro el Tour es una bendición, pero esta vez, después de muchos años de flor, ha salido cruz.

Debe recordarse que Pogačar empezó a despertar antipatías entre el público francés. Tanto que aparecieron los primeros abucheos a su paso. No es personal, nunca gustaron los abusones, los dominadores. Le pasó a Armstrong y más recientemente a Froome. Hasta ese momento, cuatro victorias de etapa a añadir a una quinta del conjunto UAE. Desde ahí, el periodismo empezó a vender que el maillot amarillo no estaba tan fino en Alpes como en Pirineos. Puede ser una mezcla de todo, pero el hecho es que era el líder el que picaba segundos a su rival en meta y no al contrario. Eso sí, sin dar esas muestras de superioridad. Esta película ya la hemos visto, habrán pensado muchos aficionados con memoria: el rutilante líder y ganador virtual desde el ecuador del Tour dejando protagonismo a otros ciclistas durante la última semana. Se dice del Sky que aflojaban en esos últimos días para hacer ver al mundo que eran batibles, para añadir mérito a la consecución de sus éxitos. Incluso a Merckx le compusieron aquel ‘Merckx ça bon’ en los años 70 para promover la compasión del ‘Caníbal’.

Tampoco es casual que Tadej haya comenzado a dar signos de cansancio mental después del Tour afirmando que su carrera no se prolongará mucho más. Será real que ese pensamiento circula, no debe dudarse de la palabra del ciclista, pero no sería la primera vez que se dice ‘digo’ y se hace ‘Diego’. El propio Alejandro Valverde llegó a declarar en su día que no se veía corriendo más allá de los indurainianos 32 y casi acaba compitiendo con los niños de sus escuelas. En ese sentido, toda la «performance» en conjunto podría cuadrar como el mantenimiento de un perfil más bajo, un descanso para el ciclista, pero también para el espectador.

Por tanto, ganar La Vuelta se podría haber vuelto en su contra, y ya sabemos que al final el ciclismo es un vehículo de imagen para los patrocinadores. El desgaste de una temporada intensa, el Mundial tan favorable a los escaladores, el horizonte del quinto Tour y el cansancio de una parte de la afición han empujado a una decisión tan comprensible como difícil para la organización de un evento que contaba con la presencia del bautizado por muchos como el ‘nuevo Merckx’. Como compensación, entró en acción el nombre de un ciclista que no estaba en las agendas, que era el español Juan Ayuso.

La presencia del español más mediático pasa por paliar el frío de la gran ausencia, como bien revela el hecho de que se había anunciado un recorrido alternativo por el calendario que esquivaba de forma clara la Vuelta. UAE ha virado el timón, probablemente a petición de la organización, y el alicantino será uno de los grandes atractivos del mes de septiembre. Más aún en un momento en el que las bajas de Enric Mas y Carlos Rodríguez, más el esperable bajo rendimiento de Mikel Landa, iban a hacer mucho daño a las audiencias patrias. Con Ayuso en liza, al menos, existe cierto aliciente, más aún con el cacareado conflicto de intereses entre el español y el portugués Joao Almeida, tras la conocida enemistad entre ambos. Las chispas, pese a las declaraciones conciliadores y praderescas, están garantizadas.

Es muy revelador el hecho de que UAE anunciase el ocho con tantísima antelación, seguramente se deba entender como una concesión, una compensación, ante la organización por la inesperada baja de Tadej. Así se generaba una mayor expectación entre el público español y todo acabaría siendo, como el de Murcia, un mal menor.

¿Intentará el esloveno acudir a La Vuelta algún día para sumarla a sus conquistas? Pocos dudan de ello. Mientras tanto, bien haría la organización en diseñar menús más atractivos por lo que pueda pasar y no depender de los nombres para ser un éxito. Pogačar tiene entre ceja y ceja el manido quinto Tour, con toda la presión que ello puede conllevar, y va a poner por medio poco riesgo para conseguirlo. Sí, pensará en San Remo, Roubaix y algún otro bolo de un día. Pero las energías estarán dirigidas en su mayoría al gran reto, la puerta definitiva para ubicar a este ciclista en lo alto de la historia moderna del ciclismo. El Mundial de 2026 será en Montreal, en Canadá, donde se celebran dos clásicas alternativas a la Vuelta que pueden hacer daño a la participación en la grande. Sin embargo, el previsible desembarco en Canarias, tras casi cuatro décadas de ausencia, será un reclamo tal que pueda compensar el doble filo del Campeonato del Mundo.

Un comentario

  1. Adolfo Nuñez

    Muy buena info que puede explicar porque Pogacar no corre la Vuelta España. Pienso que dijo lo de estar cansado mentalmente. Se va a retirar con trenta años y dedicará la vida a otras cosas

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