Tour Francia: Balance de los 13 españoles

Landa se confirma por tercera vez como el mejor representante español. (AFP)

Redacción / Ciclo21

Lejos queda ya la ilusión en el inicio de un nuevo Tour de Francia para los corredores españoles que estarían presentes en el ronda gala allá por el 8 de julio en Bruselas, la ciudad capital de Bélgica. 13 corredores completaban una expedición con diferentes aspiraciones y roles en sus respectivas escuadras con un objetivo mínimo y realizable que no ha podido cumplirse, la de sumar al menos una victoria más de etapa a las 129 logradas en el histórico de corredores nacionales que no llegó a producirse y que deja a Omar Fraile como el último en levantar los brazos, concretamente en Mende durante la 14ª etapa del Tour de 2018. Un segundo y tercero en la etapa de Val Thorens (20ª) por parte de Alejandro Valverde y Mikel Landa, respectivamente, fue el puesto más cercano a la victoria y más lejano a la vez. Porque ni siquiera el ansiado podio en París de su equipo, Movistar, obró como consuelo. 

Los insípidos top 10 de los propios Landa y Valverde con el añadido premio grupal de la clasificación general por equipos del Movistar; que volvió a encumbrarse como el mejor por segunda vez consecutiva y la cuarta desde que son auspiciados por la firma de telecomunicaciones desde 2011 gracias al sexto puesto de Landa, el octavo de Nairo Quintana (con una etapa bajo el brazo) y el noveno de Valverde aventajando en 47’54» al Trek Segafredo y al INEOS en 57’52»; sirven para maquillar una pobre actuación que en líneas generales ha estado supeditada a labores de intendencia para un líder. 

Si bien el corredor alavés ha sido el mejor ciclista español encadenando el «honor» de ser hasta en tres  ocasiones consecutivas como el mejor de los hispánicos, es el propio Valverde, que llegó de rebote a Francia tras lesionarse en las Ardenas antes de afrontar el Giro de Italia, quien ha sido de los pocos que ha superado las expectativas gracias a su segundo puesto en la penúltima etapa y a su noveno puesto en la general (séptima vez que acaba entre los diez primeros) jugando como peón para los directores del equipo para cimentar la victoria por equipos.

De no ser por la inoportuna caída por un empujón involuntario de Warren Barguil en la previa al ascenso a La Planche de Belles Filles, en la sexta etapa, podría haber peleado por llegar al podio para Landa. Sin embargo, y al igual que el murciano, ambos deberían haberse olvidado de la general y pelear por la victoria de una gran etapa. Pero el corsé al que se ciñen tiene un denominador común, el objetivo primordial para  Movistar es la guerra por escuadras y si se puede, abarcar más.

El equipo telefónico no ha dejado indiferente a nadie en este Tour y fue protagonista desde la segunda semana. Indiscutible su afán primordial se permitió a Landa disputar en Tourmalet, pero no llegó. Quintana, libre de ataduras con nueve minutos perdidos en la general, sí conquistó la etapa reina de los Alpes domando Galibier y siendo por segundo año seguidor el corredor que firmara un éxito parcial para los «navarros». Para certificar con Valverde y Landa en la penúltima etapa que la intención era la victoria parcial que se escapaba por exceso de conservadurismo, cuando Vincenzo Nibali les mostró el camino de los valientes. Batalladores en comparación con otros equipos sería justo, pero siguen siendo un equipo plagado de magníficas individualidades que actúan extrañamente, buscando el bien común sacando punta a las ambiciones de cada uno. Al final el trabajo por convencerles de ello es de quien más rédito obtiene nuevamente de alimentar sus egos, el propio Unzué.

Sin entrar a valorar positiva o negativamente esas decisiones tácticas, el equipo español ha terminado la carrera con tres de sus hombres entre los 10 primeros clasificados, con una victoria en la etapa reina y con el premio de subir al podio como primer clasificado por equipos.

Movistar, el indescifrable. (Bettini)

El aprobado de Movistar no impide que la actuación de los españoles haya dejado una sensación de carrera descafeinada a nivel de conjunto. Enric Mas (Deceuninck Quick Step) fue un claro exponente de ello. El balear debutaba en la ronda gala y ello sirve para valorar su actuación como la de un aprendiz que se enfrenta al mundo profesional por primera vez. Más bien como segunda y a petición propia, Mas quería correr el Tour a toda costa y el Tour-malet ya le ha enseñado que no está hecho, pero de los errores se aprende y del trabajo a Julian Alaphilippe supo sacar adelante su participación. Otro joven que debutaba y que apunta alto era el asturiano del Bahrein Merida Iván García Cortina. El asturiano tenía trabajo en su equipo a favor del velocista italiano Sonny Colbrelli pero siempre se anheló verle con más protagonismo en las llegadas, como ya hiciera también en la Vuelta a España como el mallorquín.

El extraño caso de los Astana. Otras balas que se guardaba el ciclismo español eran las posibilidades de victoria de etapa que podrían tener «los celestes». Omar Fraile, Pello Bilbao, Gorka Izagirre y Luis León Sánchez poseen sobrada experiencia en grandes vueltas y en labores de furtivas de rascar una etapa. Un elenco de francotiradores de primer nivel partían bajo una premisa, ayudar al danés Jakob Fugslang a optar por la victoria nada menos que no lograban desde 2014 con Nibali.

El primer día se torcieron las opciones con la caída de Fuglsang que iba a hipotecar el resto de la carrera. Entre las dudas si continuar o no a las órdenes del último ganador de Lieja y Dauphiné, los cuatro corredores apenas tuvieron oportunidad de probar suerte. Tan solo Bilbao en Bagneres de Bigorre obtuvo un segundo puesto tras la figura de un emergente Simon Yates que se estrenaba en el Tour. Y nada más.

Un papel similar al de los Astana ha desempeñado Jesús Herrada. El cabeza de cartel de Cofidis llegó a la Grande Boucle en su mejor momento de forma habiendo sido el mejor en la carrera homenaje al Mont Ventoux, pero a pesar de dejarse ver más que nunca filtrado en escapadas no ha estado cerca de hacer algo reseñable.

Del resto de ciclistas patrios solo se esperaba su trabajo como gregario y en esa línea todos tanto Marc Soler como, sobre todo, Jonathan Castroviejo ayudaron a sus líderes en las etapas de montañas siempre que se vieron con fuerzas. Un papel similar al desempeñado por Imanol Erviti o Carlos Verona, corredores más indicados para arropar a los suyos en todos los terrenos.

El que más feliz se va de París de entre los españoles podría ser sin duda Castroviejo. El gechotarra ha vuelto a ser pieza fundamental en el equipo Ineos, siendo regular sin rehuir el esfuerzo ni uno solo de los 21 días y ha acabado con sus dos jefes de fila como primero y segundo de la general. Una labor en la que vuelve a brillar el colectivo español en general un año más.

LOS 13 ESPAÑOLES EN PARÍS

6º. LANDA Mikel (Movistar)

9º. VALVERDE Alejandro (Movistar)

20º. HERRADA Jesús (Cofidis)

22º. MAS Enric (Deceuninck)

37º. SOLER Marc (Movistar)

42º. IZAGIRRE Gorka (Astana)

50º. CASTROVIEJO Jonathan (Ineos)

54º. BILBAO Pello (Astana)

71º. FRAILE Omar (Astana)

 

99º. ERVITI Imanol (Movistar)

105º. VERONA Carlos (Movistar)

 

114º. GARCÍA CORTINA Iván (Bahrain)

 
 
 

DNF. SÁNCHEZ Luis León (Astana)

 

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