Cómo Mar Hernández superó el cáncer con el ciclismo

El ciclismo también puede ser un recurso de ayuda para superar un cáncer de mama. La vivencia de la escultora y ciclista Mar Hernández nos lo demuestra. A los 36 años, descubrió su pasión por el ciclismo a partir de que le dieran la mala noticia que le habían diagnosticado un  cáncer de mama. Después de superar un segundo diagnóstico de cáncer a los 41 años, Mar Hernández, llegó a participar hasta dos veces en la Titan Desert, una de las marchas de ciclismo de MTB más duras del mundo.

Cada persona tiene un motivo para practicar el ciclismo. El deporte en general, y en concreto, el ciclismo, se ha demostrado que es un arma eficaz para superar física y mentalmente los malos momentos que podemos tener en nuestras vidas cómo puede ser padecer una grave enfermedad.

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UN PRIMER DIAGNÓSTICO DE CÁNCER DE MAMA

Mar Hernández, licenciada en Bellas Artes, es escultora. Le regalaron una bicicleta de montaña pocos meses antes de que a sus 36 años le diagnosticaran un cáncer de mama. Practicar el ciclismo le ayudó a canalizar los miedos generados por lo que se le venía encima, y además para encarar la impotencia y la rabia que le generaba su nueva situación.

Mientras hacía el tratamiento de radioterapia después de pasar por la cirugía, Mar Hernández aprendió a mejorar su forma y su técnica practicando el ciclismo diariamente. Montar la bici la transformó para superar mentalmente el gran bache de superar el cáncer y a sentirse motivada en alcanzar nuevos retos.

EL SEGUNDO DIAGNÓSTICO

Lo que no sabía Mar Hernández es que esos nuevos retos no sólo iban a ser deportivos. A los 41 años, y después de superar el primer cáncer, le volvieron a diagnosticar otro cáncer. Era en el momento en el que se sentía capaz de enfrentarse a pruebas de BTT más exigentes. En el momento de segundo diagnóstico, Mar se estaba preparando para la Maratón de MTB de los Monegros y se planteaba participar en una de las pruebas más duras del mundo, la Titan Desert.

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Pero gracias al ciclismo, Mar Hernández estaba mucho más fuerte, física y psicológicamente; y enseguida ella supo cómo enfrentarse a la nueva situación con una actitud más positiva. Y junto al equipo médico que la atendía, llegó a la conclusión que había que pasar de nuevo por quirófano para que le practicasen una doble mastectomía con la extirpación de sus dos pechos. La cirugía fue realizada dos días antes de entrar como “finisher” por la meta de la Maratón de los Monegros.

EL CICLISMO LE AYUDÓ A SUPERAR LA QUIMIOTERAPIA

Posteriormente a la doble mastectomía, Mar Hernández tuvo que someterse durante 6 meses a un tratamiento de quimioterapia. Las sesiones de quimio se las planteó como una etapa de resistencia de una prueba de MTB; y entre cada una de las sesiones de quimio, salía en bicicleta para volver a estar fuerte para la próxima etapa. Sus defensas no disminuyeron, al contrario, se mantuvieron e incluso los médicos constataron que habían aumentado durante el tratamiento.

Después de acabar con el tratamiento de quimioterapia, el ciclismo le ayudó a eliminar de manera eficiente la toxicidad de la quimio en su cuerpo y a ganar cada vez más fuerza para seguir disfrutando con más intensidad de las rutas en las salidas y marchas ciclistas en las que participaban.

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LA RECONSTRUCCIÓN PLÁSTICA DE SUS SENOS

Mar Hernández decidió la reconstrucción plástica de sus dos pechos. Durante el proceso, y cómo les ha ocurrido a muchas mujeres, se separó de su pareja tras no superar esta el bloqueo y el rechazo que le generó la visión en la intimidad de la nueva realidad de su cuerpo.

Para superar la nueva situación, Mar decidió asumir un gran reto dentro su creciente pasión por el ciclismo y que no le había abandonado ni en los peores momentos. En los años 2015 y 2016 participó dos veces en la Titan Desert, una dura carrera de resistencia durante diversos días por el desierto de Marruecos.

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EL PROYECTO “IDENTIDAD ESCULPIDA”

Como escultora de profesión y vocación, Mar Hernández ve como de repente ella es esculpida a través de la reconstrucción plástica de sus pechos, tal y como ella siempre lo ha hecho con sus obras. Pero en esta ocasión no es ella la que mide y proporciona la figura humana, ella es la modelo en las magníficas fotos de Jordi Serra y la dirección artística, de Helena Pielias.

En esta exposición, Mar Hernández quiso lanzar el potente mensaje que la belleza siempre es posible. Y lo es también después de toda la radioterapia, quimioterapia y las cirugías, gracias al milagro la recomposición estética. La exposición está dividida en tres bloques: la enfermedad, el ciclismo como recurso para superarla y la recuperación de la feminidad.

Mar se siente muy orgullosa de que gracias a su experiencia con el ciclismo está ayudando a otras personas “que por temor o por desinformación no se atrevían a hacer deporte durante los tratamientos oncológicos”.

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