Txema Alonso (Saiatu) recuerda a Víctor Hugo Da Silva

Txema Alonso le recuerda como un chaval encantador y lleno de energía. © Humberto Pavel

Txema Alonso le recuerda como un chaval encantador y lleno de energía. © Humberto Pavel

«Víctor Hugo era un chaval encantador», dice con un hilillo de voz desde el teléfono Txema Alonso, presidente de Saiatu. El peso de Víctor Hugo da Silva, brasileño afincado en Güeñes, era muy importante entre sus compañeros y la noticia de que fallecía el domingo por una meningitis caló hondo el corazón de sus compañeros y amigos. En cuatro días, el ciclista de apenas 17 años perdía el aliento.

«Era un chico que era pura energía, era amigo de todo el mundo. Víctor tenía toda la vida por delante y de repente se trunca en un momento por una bacteria que acaba con él en tres días. Estamos muy impactados y apenados porque era una persona muy importante», declara Alonso. Cuenta Txema que el miércoles se levantó sintiéndose mal, al día siguiente anduvo con mareos, fue al hospital, perdió la consciencia y entró en coma. «Sorprendía ver así a un chaval como él, que tenía mucha fuerza y energía», desvela Alonso.

Víctor Hugo da Silva era de origen brasileño, pero se había ganado el corazón de los habitantes de Güeñes, donde era conocido y a donde había llegado a los pocos años de edad. «Como deportista estaba todo el mundo ilusionado con él. Era una de las grandes promesas del ciclismo adaptado vasco. De hecho, había ganado hace poco el escolar de ciclismo de España», espeta Alonso, quien agrega que «todos veíamos en él que iba a ser un gran ciclista de primer nivel».

La noticia del fallecimiento llegó a Saiatu el domingo por mañana, casualmente cuando estaban en un acto de homenaje para Joseba Larrinaga en Donostia. «Fue una consternación increíble», desgrana el presidente. «Durante dos días nos agarramos a la fortaleza tremenda que Víctor tenía para soñar con una recuperación que los médicos descartaron desde casi el principio», confirma Alonso, quien agrega que «era tan joven, con tanta vida, con tanta energía, que nadie puede procesar adecuadamente este mazazo. No hay consuelo posible pero le llevaremos por siempre en el recuerdo. Desde Donostia queríamos enviarle energía, pero cuando acabó la prueba nos dieron la noticia del fallecimiento. Nadie nos lo podíamos creer. Ha sido un palo enorme, él era un chaval genial al que queríamos mucho». Todavía no se creen desde el ente lo que le ha pasado. «La sensación es de incredulidad y dolor. Estas cosas se entienden menos cuando él era solo un crío. Nadie hemos sido capaces de procesar el fallecimiento de Víctor», confiesa Txema.

A pesar de que la muerte del ciclista brasileño ha sido un mazazo en las filas de Saiatu, desde la fundación de deporte adaptado sí que se está barajando la posibilidad de preparar algún acto que sirva para «homenajear su figura y su memoria». Así las cosas, Txema Alonso desgrana que los siguientes logros que cumplan irán dedicados a su memoria. «Víctor Hugo irá siempre en nuestra memoria y todo lo que vayamos haciendo a partir de ahora irá para él», remata Alonso, con el dolor aún pegando fuerte en sus palabras. El funeral por el alma del ciclista brasileño afincado en Güeñes fue ayer en la parroquia de Zaramillo, donde sus compañeros de equipo y sus allegados le dieron el último adiós.

Fuente: deia.com

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