Un escarabajo atraviesa Flandes (dorsales)

Niki Terpstra es el último ganador de la prueba

Nicolás Van Looy / Ciclo21

“Peso 62 kilos y no puedo aguantar 260 kilómetros pegando saltos por ahí”. Así de contundente se posicionaba Alejandro Valverde en una de las entregas de la extensa entrevista exclusiva concedida recientemente a Ciclo 21. Se refería el murciano a sus opciones en la París-Roubaix, la clásica adoquinada por excelencia. Mañana su compañero de equipo –y líder de cara al Tour de Francia– Nairo Quintana, 59 kilos cuando está en plena forma, recorrerá las cercanías de Waregem en busca de sus primeras sensaciones sobre este terreno tan especial. A la fuerza ahorcan. La próxima edición de la Grande Boucle volverá a contar con una etapa adoquinada y el colombiano necesita conocer el terreno. Ha aprovechado el viaje el líder telefónico para escaparse hasta el trazado de la ronda gala, pero para él será fundamental sumar sus primeros kilómetros de competición real en carreteras adoquinadas. Y, por eso, sólo por eso, le veremos mañana en la salida de la A Través de Flandes.

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Cosa rara eso de ver a un escarabajo atravesando Flandes, sí; pero no deja de ser un dato anecdótico. La clásica belga no es una prueba en la que tengamos que esperar a un Quintana luchando por el triunfo, aunque será curiosos comprobar si es capaz de posicionarse, pelear por los huecos, meterle los codos a los culos gordos… esas cosas que se hacen en estas pruebas desconocidas para él y para gran parte del staff técnico de su equipo.

Será una nueva oportunidad para los especialistas en este tipo de pruebas. Será, quizá, una nueva prueba de los Etixx-Quick Step contra el resto del mundo. Con un Tom Boonen caído en desgracia tras su accidente en la París-Niza, todo el peso debe de recaer sobre los teóricos segundos espadas, verbigracia, el ganador del pasado año, Niki Terpstra, el Campeón del Mundo, Michal Kwiatkowski o el velocísimo Mark Cavendish.

Frente a ellos, el resto del mundo. Un resto del mundo entre el que se contarán importantes ausencias respecto a los grandes nombres del adoquín. Echará de menos la parroquia local a Sep Vanmarcke, a quien el LottoNL ha preferido reservar para el E3 Harelbeke. Tampoco estará Fabian Cancellara, que ha escogido el mismo camino. Lo miso que Greg Van Avermaet. Un resto del mundo, por lo tanto, algo descafeinado y que podría tener a Lars Boom, jefe de filas del Astana, como uno de los grandes rivales del bloque de Lefevere.

El holandés no será el único gran rival, claro. En el revuelto ambiente del Tinkoff-Saxo podría ser el momento de Matti Breschel [que ya sabe lo que es ganar aquí tras hacerlo en 2010 y al que el estrambótico Oleg Tinkov llamó estúpido en twitter en la pasada Milán-San Remo]. Stijn Devolder deberá de demostrar a sus 35 años que todavía quedan destellos de aquel corredor que en 2008 y 2009 encadenara dos triunfos consecutivos en la Vuelta a Flandes. Rick Zabel o Marcus Burghardt tendrán la oportunidad de postularse como garantías en BMC. Jens Keukelerie debería de dar un paso al frente en el Orica GreenEDGE con el permiso de Mathew Hayman que deberá de hacer lo propio ante la ausencia de Michael Matthews. El Campeón del Mundo sub-23, Sven Erik Bystrom podría dar un primer paso importante para asentarse en la categoría liderando al Katusha. Y, por qué no, habrá que estar muy atento a lo que pueda hacer el siempre combativo bloque del Europcar francés y su incalificable jefe de filas Thomas Voeckler.

La mayor novedad en cuanto al recorrido, es el regreso al mismo del Berendries. La tachuela de Michelbeke ha visto concluidas las obras a las que ha estado sometida y se convierte en un regreso recurrente en todas las carreras belgas. Será la cuarta de las doce subidas de las que constará la prueba. El espectáculo en este sentido comenzará tras 88 kilómetros de pedaleo con la subida al Nuevo Kwaremont, aunque no será hasta el punto kilométrico 144, con la subida al Taaienberg, cuando se deban de esperar movimientos realmente importantes. O, al menos, eso es lo que opina Johan Museeuw. El León de Flandes ha reconocido el recorrido en las últimas fechas y asegura que es en este punto, a 66 kilómetros de la meta, donde se podría romper la carrera. Pero el Taaienberg no será más que el preludio de la traca final de subidas. Viejo Kwaremont (162), Paterberg (165), Hellestraat (181), Holstraat (185) y Nokereberg (192) serán esas últimas dificultades que separarán el grano del trigo.

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[fuente: Procyclingstats]