Van Gerwen: “Zabel robaba de todo en el equipo”

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Freire supera a Zabel en el último momento en la Sanremo de 2004 / © TDW

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Gerry van Gerwen, fundador junto a Gianluigi Stanga del equipo Milram y máximo responsable del mismo tras la salida del mánager italiano del mismo en el año 2007 por su relación con casos de dopaje, ha revelado, durante la presentación del libro Sprint Masivo, los problemas que tuvieron en el citado equipo con una de sus grandes estrellas: Erik Zabel.



El alemán, que terminó su dilatada carrera militando en el Milram desde 2006 hasta que colgó la bicicleta al final de 2008, habría aprovechado cualquier ocasión para robar material del equipo según las declaraciones de quien fuera su jefe.

El diario holandés De Stem se ha hecho eco de las declaraciones en las que Van Gerwen explica que “era un cleptómano. No podíamos dejar a la vista una camiseta o un bidón. Después de muchas sospechas, le tendimos una trampa para probarlo. Dejamos algo a su alcance y le pillamos robándolo. Desde entonces, todo lo que dejábamos en el autobús del equipo lo dejábamos bajo llave”.

Según Van Gerwen, “perdimos mucha confianza en él” por esta cuestión y porque sus compañeros de equipo sospechaban, “aunque esto nunca lo pudimos probar”, que también robaba cosas de las habitaciones de hotel en las que, como corredor de élite que era en aquella época, pasaba gran parte del año.

Esta falta de confianza en Zabel a causa de su supuesta cleptomanía contrastaba con su entrega como ciclista. El cuatro veces ganador de la Milán-Sanremo era, según Van Gerwen, “un deportista ejemplar. En las concentraciones salía el primero a entrenar y era de los últimos en volver. Era disciplinado y se entregaba al doscientos por cien. Vivía para su trabajo.

Pese a ello, el que fuera patrón de Milram, desvela ahora que la relación con el velocista alemán no fue sencilla. “Tuve enfrentamientos con él porque no entendía que las cosas en el equipo no siempre podían ser como él quería que fuesen. Él asentía, decía algunas cosas y luego, a la larga, no cambiaba nada. Nunca pude entenderme con él”.

 La relación no acabó bien ya que a esa cabeconería de la decadente estrella germana se unió la cuestión de su cleptomanía, algo que “hizo que el ambiente en el equipo fuese de mucha desconfianza. Lo diré de una forma suave: tienes que tener un cuidado terribe con Erik. Un gran corredor, pero una persona con demasiadas caras”.

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