Anacona: «El año pasado fue como una bofetada para mí»

Anacona, la sombra de Quintana. © Arkéa Samsic

Entrevista con el colombiano Winner Anacona, uno de los ciclistas más experimentados y representativos del país, comentando diversos temas relacionados con su trayectoria, su nuevo reto con el Arkéa Samsic y su pasado en el Movistar, equipo con el que estuvo ligado durante cinco años y vivió varios de los episodios más emocionantes e importantes de su carrera.

Anacona, considerado uno de los lugartenientes más reputados del lote World Tour, emprendió una nueva aventura ciclística junto a Nairo Quintana, quien más que su jefe de filas es un amigo de la vida con el cual ha vivido varios capítulos inolvidables en el primer mundo del ciclismo. Hoy, ya vestido con el rojo del Arkea, los aires cambiaron, la felicidad ha regresado y los momentos de desaire de la temporada 2019 han quedado atrás.

«Creo que muchos lo vieron como un retroceso, pero en realidad aquí se habla únicamente de categorías, no de lo profesional, el equipo tiene ambiciones. Para muchos en su momento fue como retroceder, o decían que ya estábamos de salida y que por eso estábamos haciendo esos cambios. Siempre he pensado que el que no arriesga no arriesga no avanza. Y eso es lo que hemos hecho. La oferta de Arkea ha sido atractiva y como lo mencioné, Nairo me dijo que si quería ser parte del proyecto, con él he trabajado los últimos cinco años, nos entendemos bastante bien. Creo que necesitaba un aire, yo el año pasado no hice ninguna grande y sentía que también necesitaba cambiar de aire sino me iba a estancar», contó el boyacense.

«A Nairo lo conozco hace mucho, pero es increíble que vine a conocerlo bien en el Movistar. Soy mayor que él y cuando competíamos en Colombia nunca nos encontramos en la misma categoría. Nairo empezó cuando yo estaba  en prejuvenil. Cuando estaba en el Lampre y él con Movistar coincidimos y había amistad, pero ese lazo se hizo más fuerte en Movistar. Cuando Unzúe me contrató me dijo que quería un hombre de trabajo y en Lampre tenía un poco más de libertad. Asumir el rol, lo quería hacer con gusto y con Nairo empezamos a hacer el calendario juntos, nos entendimos bien y al final me encontré en un rol que hacía bastante bien, respondí a las expectativas. Nairo siempre demostró que es un fuera de clase y los triunfos propios de él los siento como propios, porque en una cierta medida esos granos de arena se reflejan en el gran cajón del podio», afirmó el campeón de la Vuelta a San Juan 2018.

«Gano cada 5 años (risas). La última victoria fue la etapa en la Vuelta a San Juan, y quien no quiero ganar. Yo soñaba o sueño con ganar, eso es algo emocionante, que te llena mucho, tú te entrenas y trabajas como todos, hay 200 ciclistas y solo gana uno. Tuve la fortuna de ganar en San Juan, y en mi caso, me hace saber que cuando hay oportunidades puedo ganar, y no solo ser el que hace el trabajo. Espero que no pasen cinco años para alzar los brazos y esperar que se vuelva a dar la oportunidad, se gana poco pero todavía puedo ganar, y eso me mostró San Juan», recordó el hombre que espera un nuevo renacer de la mano de Emmanuel Huber, mánager general del Arkea.

«El año pasado fue como una bofetada para mí. Fue el primer año que me quedé por fuera de una grande. Hay corredores que no les gusta hacer grandes, que les gustan solo clásicas, pero a mí si me gustan. Lo que siempre dije es que en Movistar nunca había un calendario fijo, podía cambiar de un momento a otro. Los demás equipos esperaban los nacionales de su país y sacaban las nóminas del Tour faltando 15 días, pero por ejemplo yo, que iba al Tour, me di cuenta cinco minutos antes de que saliera la nómina oficial que ya no iba. Yo venía de menos a más, estaba bien en los esfuerzos individuales, la carrera iniciaba con una CRE y la verdad había hecho buenas cronos y creía que era para estar en el Tour. Al final no fue así, para mí fue como una bofetada. Pedí estar en Vuelta y me dijeron que no», aseguró Winner, artífice del ataque de Nairo en el Tour de 2015, un día inolvidable en el que juntos dejaron una postal para el recuerdo en el Alpe D’Huez.

«Me comporté bien durante cinco años, yo di el ciento por ciento, y no merecía quedar por fuera si mereces estar ahí. No tengo queja del equipo, pero esta última parte sin ir a ninguna grande y dejarme por fuera de los objetivos, te deja con ese sabor amargo. Al final los que mandan, mandan y tienes que asumir».

Anacona estrenaba su palmarés en rondas por etapas en Argentina. Foto VSJ2019

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Cuarentena: «El día se me pasa increíblemente rápido, en mi caso. Estoy con mis hijos y voy haciendo con ellos lo que se va dando en el día, a veces se saca un tiempo de calidad. Ellos tienen mucha energía y al final, los pequeños no entienden mucho el confinamiento».

Su nombre: «mi papá era policía y siempre fue muy aficionado al ciclismo. Me dijo que le gustaban mucho Pitter Winnen y Andrew Hampsten. Entonces hizo la combinación Winnen Andrew, pero al final no sé qué pasó si fue error del notario o no le entendieron a mi padre y quedé Winner, así lo han escrito, se equivocaron pero es un nombre auténtico, original».

Su labor: «Al final el ser gregario reúne muchas cosas, no solo debes estar en los momentos decisivos. A veces empieza la transmisión y se muestran las dos últimas horas, pero pueden salir mejor las dos primeras. Por ejemplo en las llamadas etapas de transición que realmente no existen. Es cierto, a veces uno de espectador dice que hay que esperar las etapas de montaña, pero estar ahí es otra cosa. Hay gregarios para todas las etapas y cuando tienes que ser de los últimos de ti depende que el líder esté bien».

El día del Alpe D’Huez: «la verdad que yo creo que nos salió bien y ese día se hizo un asalto a la camisa amarilla. Antes de Alpes D’Huez Nairo me preguntó que cómo estaba y le dije que iba bien, iba tirando un poco el Astana y me dijo póngase a tope. Ese día tuve grandes piernas y todo salió bien, quedamos con un sabor un poco amargo porque Nairo no se quedó con la etapa y yo quedé octavo, que para mí fue algo bueno. No se me olvida la cantidad de gente que había, y eso emociona hasta las lágrimas. Iba tan bien que normalmente Nairo pide un punto más y ese fue el único día que pidió uno menos».

Victoria en la Vuelta: «si no estoy mal fue mi primera victoria como ciclista profesional, para ser líder me faltaron como nueve segundos, eso habría sido la moñona más linda de mi vida. Lampre me dio la libertad de hacer la general y la crono no salió muy bien, perdimos algo de tiempo.  Luego recuerdo que Matxim, que es muy agresivo y le gusta ser protagonista, me dijo que atacara y probara: ‘tú a la fuga nada, solo si te sientes bien’. Seguí un poco la idea que él tenía, no presté atención en irme en la fuga, pero iba ágil en el lote, vi que arrancaron como 10 corredores, seguí y luego vi que estábamos en fuga. La carrera venía rápido y pensé que seguramente no íbamos para ningún lado, pero empezamos a coger tiempo. Luego éramos como 30 ciclistas, la carrera rápida y me empezaron a decir que me quedara porque estaba dañando la fuga, que estaba cerca del liderato. Yo era líder virtual. Cuando crucé la meta fue algo asombroso, no lo creía, se me escurrieron las lágrimas de felicidad, era una victoria que estaba buscando. El año anterior la había pasado mal por lesiones, finalmente esa victoria para mí fue satisfactoria y la tendré en la memoria».

Su vínculo con Bogotá: «Yo soy boyacense, soy criado acá pero mi padre es caucano, de hecho mi documento es registrado en Bogotá. Nací en un pueblo, mi papá era policía y él trabajaba allí cuando la época era pesada, la opción fue registrarme en Bogotá, mi madre es de allá, pero soy orgulloso de ser boyacense. En Bogotá siempre me trataron bien y fui agradecido, siempre tuve incentivos y cuando me fui para Europa ellos pagaron el pasaje».

Su hermano Brayan: «comenzó en el ciclismo desde muy pequeño, creo que le gustaba mucho pero llegó un punto donde empezó con un equipo de fútbol, no tenía bien definido lo que quería, andaba bien y corrió en Europa como tres temporadas, pero tuvo un problema de visión que empezó a ser complejo, y si uno no se preocupa por uno mismo pues es difícil. Él no lo vio importante y cuando reaccionó estaba muy jodido, ya era demasiado tarde. Yo le insistía pero a veces en la familia unos son más relajados que otros, y uno a veces tiene uno que dejar que la gente se estrelle, es bueno que cada uno caiga y se levante. Ahora se metió en el Paracycling y creo que ha cogido más juicio y me alegro, creo que le hacen falta esas cosas también, hay que agradecerle mucho a Jaime, el entrenador, él lo conoce desde hace muchos años, le insistió mucho. Ahora está bien y me gustaría mucho verlo haciendo el ciclo olímpico».

El Día menos pensado: «Para cualquiera la felicidad es disfrutar de lo que se hace.  Yo creo que Nairo no estaba a gusto, seguro porque el equipo le había perdido confianza. Uno puede cuidarse pero si la cabeza no está tranquila, es difícil. Puede que las piernas estén al 100% pero si la cabeza está  en un 90% las carreras no pueden ganarse. Creo que a Nairo le faltaba esa tranquilidad que se había perdido en lazos con el equipo. A veces los cambios son importantes, no sé si necesarios, y hay que hacerlos. Al final ellos veían que no le podían sacar más provecho a Nairo y lo dejaron como el Nairo que ya había llegado al máximo nivel y no le aportaría ni el equipo ni a él, pero las carreras no dejan de ser carreras y ahora ha ganado con gran autoridad y frente a corredores de grandes vueltas, demuestra que simplemente está vivo, está presente y que tendrá mucho para dar y poner a disfrutar. Puede dar la sorpresa en el Tour, apenas tiene 30 años, ha hecho todo desde que tenía 23 y sigue ganando. Hay otros que ganan y dejan de ganar, si uno se rodea de buena gente seguro va a mejorar. Ganar es muy difícil y mantenerse es más difícil hoy en día».

Su cambio de equipo: «cogí otro rumbo, al final es como todo, todos cometemos errores, uno se calienta en sus momentos. Tuve la oportunidad de coincidir con Movistar en Calp en la concentración. Hablé con el director y quedó todo en buenos términos, el mundo da muchas vueltas y uno trata de dejar las cosas bien con todo el mundo. Al final hoy estamos, mañana no sabemos»

Objetivos: «ahora hay unos objetivos pero si no se puede salir a carretera no es la misma calidad, ahora mismo no sabemos cuándo levanten la cuarentena. Hay que ir como podamos, es disparatado, hay fechas y objetivos, de momento hay una luz en el camino con las fechas puesta por la UCI. Vamos a ir día a día acatando órdenes y teniendo los cuidados de salud, si este virus sigue aumentando la brecha se irá recortando, creo que al final esto afecta a todos, está claro que la economía está parada y no afecta a uno sino a todos. Si hablamos de nivel de salarios y eso, nos han cumplido, pero uno es consciente que si el equipo se complica y se tiene que hacer algún recorte es entendible».

Calendario: «Iba París Niza, Vuelta a Cataluña, Clásicas de las Ardenas, regresaba a Colombia para hacer entrenamiento en altura. Luego Douphiné y Tour de Francia. Hasta ahí tenía todo claro».

Año sin ciclismo: «ya llevamos parados un mes y todo puede pasar, puede ser un año sin ciclismo y sin muchas cosas, está claro que el ciclismo me ha dado todo, pero en este momento el ciclismo no es lo más importante, hay cosas más importantes y seguramente si salimos de esta podremos tener ciclismo. Cuando volvamos lo disfrutaremos más, en este momento lo más importante es salir de esta crisis y reencontrarnos».

 

© Fed. Colombiana

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